Pese a ser diminutas, cuando se incorporan en una dieta sana y equilibrada, pueden impulsar importantes beneficios para la salud del cuerpo. Cuáles son los componentes más valiosos para el organismo
La Organización Mundial de la Salud recomienda adoptar una dieta equilibrada para la salud, “para protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles, entre ellas la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebro vasculares y el cáncer”.
Asimismo, la máxima agencia sanitaria internacional asegura que “la evidencia muestra los beneficios para la salud de una dieta rica en cereales integrales, verduras, frutas, legumbres y nueces, y baja en sal, azúcares libres y grasas, particularmente grasas saturadas y trans”.
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Es que las semillas de chía, si se consumen como parte de una dieta balanceada, presentan componentes que pueden prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas.
La Dra. Melinda Ring, especialista en medicina integrativa de Northwestern Medicine, dijo al New York Times, que estos granos son “increíblemente saludables como fuente de alimento natural”.
¿Qué es la chía?
La semilla de chía proviene de la planta Salvia hispanica L y ya era cultivada como fuente de alimento en el año 3500 a. C., y ofrecido a los dioses aztecas en ceremonias religiosas. Estas pueden variar entre los colores negro y blanco. Asimismo, los especialistas en gastroenterología no recomiendan el consumo de las semillas directamente, debido a que pueden alterar la digestión.
En su lugar, lo mejor es remojarlas en agua o leche vegetal durante algunas horas hasta que se expandan, convirtiéndose en una baba gelatinosa, o agregarlas molidas a productos horneados.
El aceite de chía ha ganado interés como alimento funcional ya que es rico en antioxidantes y vitaminas, como también en ácidos grasos poliinsaturados.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, para que la extracción de un aceite vegetal, se debe buscar una emulsión, en la cual las semillas se mezclan con agua caliente, logrando una pasta que se amasa a mano o a máquina.
Los grandes trituradores rotatorios en sistemas de mortero fijo se mueven mediante motor, hombres o animales, que causan fricción y presión a las semillas oleaginosas, como son las de chía, liberando el aceite en la base del mortero.
Hay otros sistemas que se emplean en la extracción rural de aceite en las cuales se utilizan piedras pesadas, palancas, cuñas y cuerdas retorcidas.
Se presiona manualmente una placa o un pistón dentro de un cilindro perforado que contiene la masa de aceite molida por medio de un tornillo. El aceite se recoge debajo de la cámara perforada.
Además, entre los beneficios, los expertos de Harvard indicaron que el consumo de chía “reduce la presión arterial, la inflamación y los niveles de colesterol, favorece la salud digestiva, ayuda a controlar el peso y la diabetes, proteger contra las enfermedades crónicas y mejorar la ansiedad y la depresión”.
La extracción del aceite de chía se logra mezclando las semillas molidas con agua caliente, hirviéndolas. De esta manera, se logra que el aceite flote y se hace posible su recolección.
El aceite de chía contiene valiosos metabolitos bioactivos. También presenta propiedades antidiabéticas, antiinflamatorias, anticancerígenas, antioxidantes, antiobesidad y antihiperlipidémicas. Incluso, ha demostrado ser curativo de la piel.