El jugador del equipo de la Selección Argentina hizo una declaración voluntaria y espontánea en una fiscalía de La Matanza, a raíz de una denuncia por un presunto ataque sexual en 2019.
Gonzalo Montiel se encuentra en el país y su presencia sorprendió a varios de sus seguidores. Muchos pensaban que el jugador de la Selección Argentina se encontraba en España luego de bajarse de la convocatoria en Asia a raíz de una lesión muscular que le habría impedido jugar con normalidad, pero no fue así, ya que el deportista se tomó un vuelo hacia su país de origen para responder al pedido de sus abogados para hacer una audiencia espontánea y declarar en la causa judicial en la que lo señalan como presunto culpable de un hecho de abuso sexual llevado a cabo en la casa de su madre en el año 2019.
El caso que complica a Montiel refiera a la madrugada del 1 de enero de 2019, momento en el que Carolina B, en ese entonces pareja del futbolista, fue hacia la casa de su novio en Virrey del Pino para celebrar el fin del 2018 junto a otras 25 personas. Allí la denunciante asegura haber sido abusada sexualmente. En la denuncia inicial, que tuvo lugar el 10 de enero de 2019, Carolina describe una situación en la que no se nombra a Gonzalo Montiel, pero si a un presunto amigo de él, Alexis Acosta. A su vez, la mujer entregó estudios que le hicieron en el centro médico Cemic durante los primeros días de enero, donde se activó un protocolo de abuso.
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Desde el momento de su visita médica, se abrió una investigación en la Unidad Fiscal Numero 3 de Violencia de Genero de La Matanza a cargo de la doctora Maria Catalina Barrios, aunque nunca llegó a prosperar porque no fue ratificada por la víctima, llevando a ser archivada el 2 de diciembre de 2022.
La causa había quedado guardada hasta marzo de este año, cuando Carolina B. decidió volver a presentarse en la Justicia para decir que el regreso de Montiel a su país para el partido de celebración tras la victoria del Mundial de Qatar 2022 le había activado recuerdos. De este modo, hizo la ratificación judicial donde Montiel nuevamente no fue mencionado como autor material del hecho, pero si como la última persona que la víctima vio antes de desmayarse.
La denunciante afirma que en el día del presunto ataque había probado dos tragos y comenzó a sentirse mareada. Por ese motivo, ingresó al baño, donde se descompuso y pidió ayuda al jugador. “Esa fue la última imagen que tuve, la de Gonzalo entrando, porque después me desmayé. Cuando me desperté, unas cinco horas más tarde, estaba tirada en la entrada de la casa con hematomas, llena de barro, con toda la ropa desacomodada y con la hermana de Gonzalo gritándome ‘no te metas con mi hermano, no lo nombres, porque te voy a matar’. Ahí me subieron a un auto con otras dos chicas y me dejaron en mi casa. Cuando me levanto me dolía todo, me mensajee con Gonzalo y me dijo ‘estuviste con alguien’. Cuando le pido explicaciones me deja de contestar y ahí me aparece un whatsapp de alguien que decía ser su madre, Marisa, que me escribe ‘te violaron, mamita, ponete óvulos’. Ahí me fui corriendo al hospital y me hicieron el protocolo de abuso sexual”, cuenta.
En su denuncia Carolina vuelve a no implicar al jugador en la agresión sexual, aunque si sostuvo que se produjo en el marco de la fiesta a la que Montiel la había invitado y que el hecho fue encubierto por sus participantes para que el nombre del deportista no quedara asociado al delito.
Ahora, gracias a su trabajo con un psiquiatra, la denunciante asegura haber recordado otras cosas, por lo que pidió una ampliación de la denuncia que se hará el próximo jueves. Dichos recuerdos, según explica la abogada Raquel Hermida implican a Gonzalo Montiel. Es en este marco que, para intentar frenar la situación hizo dos movimientos, primero querelló a Hermida y pidió una audiencia judicial. Por esto, el futbolista se presentó en la tarde del viernes en el Ministerio publico Fiscal de la Matanza para ponerse a disposición del fiscal Luis Brogna, quien le informó la apertura de la causa en trámite. Allí, Montiel sostuvo que él se fue de la fiesta a las seis de la mañana a llevar a un amigo hasta su casa porque le había agarrado un ataque de nervios y asma, y que al llegar a la casa se encontró con “todos en la puerta de mi casa y Carolina gritaba enojada y decía que todo era mi culpa porque yo no la había cuidado y no sabía de qué hablaba. Después me dijeron que estuvo con alguien del barrio llamado Alexis adentro de un auto y en su casa”.
