El escritor aseguró estar dispuesto a que la IA aprenda de sus libros y señaló que el crecimiento de la misma es inevitable.
Las capacidades de la inteligencia artificial no paran de sorprender al mundo entero y las opiniones acerca de su crecimiento encienden un acalorado debate que tiene pendiente a la sociedad contemporánea. Ahora fue Stephen King quien dio a conocer su opinión sobre la IA y su intención de emular la creatividad humana, aunque hablando desde la escritura y su llegada a los libros.
Con un ensayo escrito por el mismo y publicado en The Atlantic, el escritor señaló que no tiene problema alguno en poner sus obras a disposición para que la inteligencia artificial pueda utilizarla, aprender de ellas y generar nuevos contenidos. “¿Prohibiría la enseñanza (si esa es la palabra) de mis historias a la inteligencia artificial? Ni aunque pudiera”, escribió el autor.
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En este sentido, el creativo dejó en claro la importante que tiene para los escritores, incluso cuando son humanos, estar leyendo constantemente en busca de inspiración para crear nuevas obras. De este modo King asegura que es de gran valor que estos nuevos sistemas aprendan de los libros, para que así tengan la capacidad de crear textos de mayor calidad.
De todas maneras, King advierte que la creatividad de la IA aún no se encuentra a la par de las capacidades humanas, pero que su potencial no le causa temor. En seguida el autor también destaca la importancia de continuar con cierta cautela en el área, teniendo en cuenta la calidad de los sistemas actuales. Esto lo comparó con los poemas generados con inteligencia artificial con “el dinero de las películas”, que, según el mismo, resulta que es “bueno a primera vista, pero no tan bueno tras una inspección minuciosa”.
Frente a su descargo, el escritor dejó en claro que no hay forma de frenar el avance de la inteligencia artificial y que lo ve como algo inminente, por lo que lo ideal sería empezar a moldearlo y llenarlo de buena información para que los resultados tengan la mayor calidad posible. En este contexto es que el autor declara que intentar detener a la IA es como “prohibir que suba la marea” o “detener el progreso industrial destrozando un telar de vapor”.
El texto de King se enfrenta al pensamiento planteado por otros escritores, tales como Margaret Atwood y James Patterson, quienes se sumaron a otros 8 mil autores que firmaron una carta abierta dirigida a los ejecutivos de Meta, OpenAI y Alphabet donde exigieron una compensación por el uso de sus trabajos para empresas de IA sin tener su consentimiento.
