En un rincón de Buenos Aires, un grupo de fanáticos de los Rolling Stones ha creado una comunidad donde enseñan a bailar, vestirse y vivir como sus ídolos. Con más de 30 años, estos seguidores defienden con orgullo la filosofía stone que nació en los 90 y aseguran que, lejos de extinguirse, sigue más viva que nunca.