Siempre que se elige un destino para irse de vacaciones hay que tener ciertas precauciones, aunque si hay niños estas se deben extremar. Que factores considerar a la hora de viajar con los más pequeños.
El receso estival, las vacaciones de verano, el gran respiro del año llegó después de una gran espera. Los niños dejan la jornada escolar durante casi tres meses y los padres suelen elegir lugares con playa, ríos, montañas o pileta para aprovechar la libertad de sus hijos.
Sin embargo, para evitar contratiempos y disfrutar al máximo este periodo del año hay ciertos cuidados que se deben tener en cuenta siempre que los más pequeños salgan de la normalidad de la casa. A continuación, un repaso de las tres precauciones más habituales a tener en cuenta
Ahogos
Sin ser extremistas o asustar a los padres de más, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó la muerte por ahogamiento como el segundo fallecimiento por traumatismos no intencionales más habitual en el mundo. Aunque los que más riesgos presentan son los más pequeños, todos estamos vulnerables frente a la situación.
Bajo estas circunstancias una médica pediatra especializada en el tema, aseguró que las precauciones que se deben tomar entre los niños son: “impulsar la enseñanza de nadar correctamente a todos los niños a partir de los cuatro o cinco años, usar salvavidas (tipo chaleco con abertura anterior, con al menos tres broches seguros y correa pasada por la zona inguinal, de material sintético de alta flotabilidad), mirar y vigilar al niño constantemente cuando se encuentra cerca o dentro del agua”.
Exposición al sol
El daño del sol a la piel es un inconveniente que cada vez es más comentado y cuidado entre la población mundial, y los niños no quedan fuera de ello. “Los rayos del sol se acumulan año tras año en nuestra piel y producen manchas solares, envejecimiento con arrugas, reacciones alérgicas, golpe de calor, cáncer de piel y pigmentación de cicatrices”, señaló la profesional.
Así mismo se recomienda tomar cuidados como la utilización de protector solar acorde al tipo de piel de cada menor, retocándolo cada 30 minutos, y evitar la exposición entre los horarios de riesgo (de 10 a 16)
Golpes de calor y deshidratación
Por último, los golpes de calor y los casos de deshidratación son uno de los más comunes casos en la temporada de verano, por esto se recomienda tomar algunos recaudos que eviten la incómoda situación:
-Mantener a los niños en lugares frescos y ventilados.
-Vestirlos con ropas claras y sueltas.
-Mojarlos con frecuencia.
-Protegerlos del sol en los horarios de riesgo.
-Incentivar el uso de gorras o sombreros.
-Atender a la frecuente ingesta de líquidos, de preferencia que sea agua.
-Y, para los más pequeños, aumentar los amamantamientos.
