Se trata de su tía, Antonia Jerez, quien contó el calvario que vive la familia de Máximo, el niño que fue baleado el pasado domingo
La violencia parece no tener fin en Rosario y en la madrugada del domingo se llevó la vida del niño identificado como Máximo Jerez. El menor de doce años falleció luego de recibir un balazo en el corazón en medio de un tiroteo que tuvo lugar en el barrio de Empalme Graneros.
“Estamos cansados de la inseguridad. ¿Qué más tenemos que esperar?”, rompió el silencio Antonia Jerez, tía de la víctima fatal, que a su vez contó la situación de los otros niños que acompañaban a Máximo en la escena del crimen.
Por un lado, uno de ellos es el primo de la víctima fatal, quien tiene 13 años y lucha por su vida en el área de terapia intensiva, a la vez que otro primo y una vecina que fueron operados por las heridas de bala se encuentran estables.
“Vino un auto, tiró los tiros al azar y uno impactó en el corazón de Máximo”, relató Antonia para después agregar: “No hay explicación, te da tanta impotencia porque se meten con chicos inocentes. La vida es tan injusta. Los cuidas tanto para que vengan y te saquen a un inocente”.
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Para poder despedirse completamente, la familia llevará el cuerpo del niño al cementerio, en medio de la profunda conmoción que atraviesa el barrio de luto. “Todos los vecinos están indignados y furiosos”, describió la mujer.
“Se ve seguido esto, anteriormente mataron a otros chicos inocentes. No queremos que haya otro Máximo”, contó Antonia haciendo referencia a otros casos con características similares.
¿Qué le pasó a Máximo Jerez en Rosario?
El brutal asesinato de Máximo Jerez tuvo lugar cerca de las 2 de la madrugada del domingo en Rosario, en la intersección de las calles Cabal 1300 bis y el pasaje San José, cuando un grupo de delincuentes atacó a balazos una casa en la que encontraban cuatro menos de edad, quienes recibieron impactos de bala en diferentes partes del cuerpo.
Entre ellos, una nena de 2 años recibió un disparo en el brazo y otros dos menores de 13 años lo hicieron en la boca y la zona del pecho. Cada uno tuvo que ser ingresados de urgencia al Hospital de niños Zona Norte.
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Cuando la policía arribó al lugar del ataque y dio con la presencia de los agresores, comenzó una persecución que terminó con la victoria de los delincuentes, quienes lograron escapar por los techos.
No obstante, la banda de atacantes dejó pistas para la investigación. El personal uniformado halló una serie de armas con numeración suprimida, ametralladores y silenciadores en una cama, además de una motocicleta que contaba con un pedido de captura activo desde el 24 de febrero.
