Así lo expresó el psicólogo e investigador, Martín Agrest, quien integró una comisión internacional de especialistas de la revista científica The Lancet que publicó un informe sobre el estigma, la discriminación y sus consecuencias.
El estigma y la discriminación hacia personas con trastornos mentales están entre los principales obstáculos en su recuperación e inclusión social y, en muchos casos, resultan incluso “más doloroso”, que el padecimiento en sí, tal y como expresó Martín Agrest.
El investigador y psicólogo e integrante de la comisión internacional de especialistas de la revista científica The Lancet, refirió que un 20 y 30% de las personas “cursa algún tipo de trastorno mental diagnosticable con las categorías que existen”, lo que equivale a 1.000 millones de personas en el mundo.
Sin embargo, incluso en los países con sistemas de salud más robustos, la cantidad de personas que padecen alguna condición en su salud mental y no consultan ni reciben ayuda “ronda entre un 40 y 60%”. Entre otros factores, el estigma actúa como una barrera de acceso a los servicios de salud mental.
Al mismo tiempo, Agrest aseguró que lo que se busca es visibilizar “algo que por momentos parece obvio”: primero, que el estigma no es algo individual, sino un proceso social “que nos abarca a todos como sociedad y como tal debería importarnos a todos”. Y, segundo, que por más que a veces se perciba “como un problema local, se trata de un fenómeno a nivel mundial“.