En medio de la disputa con Tamara Báez, quien lo denunció por violencia y amenazas y recibió un botón antipánico, L-gante se quebró ante las cámaras.
“Yo quiero ver a mi hija. Ella es chiquita, crece y yo me estoy perdiendo todo lo que está aprendiendo”, manifestó entre lágrimas el joven, en referencia a Jamaica, de un año. “Me han hecho muchas denuncias, acusaciones. Que supuestamente le robé zapatillas, que le robé el caniche… Cuando hacés algo con maldad, te olvidás de la lógica y yo sé cómo terminan esas personas: regalándose en su misma palabra, en sus mismos autos”, señaló en diálogo con un magazine de televisión.
En tanto, desmintió haber llevado a su hija a lo de Báez con olor a marihuana: “Eso es algo de su imaginación. Tenés que ser un mal padre para hacer eso, yo no estoy fumando marihuana y a ella no le da la cara para decir eso. Si yo hablara…”. Por otra parte, aseguró que es un “caballero” y que por eso, no quiso seguir hablando de Tamara, a quien conoce desde su adolescencia.
“Siempre busco soluciones, pero pareciera que tengo que pagar un secuestro. Desde que comenzó esto le di lo que quería, nunca firmé nada por confianza y un día me hace esto”, manifestó e insistió en que está dispuesto a arreglar sus diferencias. “Me acuerdo bien cuando salí en todos los canales diciendo que era la persona que me apoyaba”, concluyó, visiblemente angustiado.