Sus principales amenazas son los incendios forestales, la extención de la frontera agropecuaria y el extrativismo.
Como la mayoría de los gatos salvajes, este felino es solitario y de hábitos crepusculares y nocturnos. Se alimenta principalmente de roedores y de aves pequeñas, por lo que cumple una función primordial como controlador biológico.
La distribución a nivel nacional es muy amplia, pues habita una vasta área del país y en Catamarca se lo puede encontrar en todas las regiones de la provincia.
Sin embargo, pese a tener esta amplia distribución, se trata de un animal considerado en estado vulnerable a nivel nacional.
“Una solución para evitar que estos animales sigan reduciendo sus poblaciones y no lleguen a la extinción, es la creación de áreas naturales protegidas”, analizó el biólogo Gonzalo Martínez.