Crimen de Fernando Báez Sosa: el testigo que terminó de complicar a Máximo Thomsen

El cuarto día del juicio por el asesinato a golpes de Fernando Báez Sosa tuvo el testimonio de policías Bonaerenses y uno de ellos reveló detalles que volvieron a dejar mal parado al acusado de ser el homicida, Máximo Thomsen.

Desde el principio de las investigaciones Máximo Thomsen había sido señalado como el líder del grupo que atacó en manada al joven Fernando Báez Sosa hasta dejarlo sin vida a la salida del boliche “Le Brique”. En la cuarta jornada del juicio por el homicidio, uno de los testigos presenciales del hecho reveló que el imputado en cuestión había sido quien golpeó con “puntinazos” a la víctima en su cabeza hasta que esta no pudo resistir más.

El nuevo encuentro entre acusados, fiscales, querella y defensa había empezado con una novedad en la sala: cada uno de los ocho rugbiers apareció por primera vez si barbijo, por lo que todos los presentes pudieron ver su cara descubierta por primera vez.

Con el detalle no menor notado, la jueza María Claudia Castro citó a Tomas Bidonde, calificado como un testigo clave de la causa, a declarar sin saber que iba a hacer una revelación de una pequeña secuencia que hasta el momento no se había dado.

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Mientras Bidonde relataba su versión de los hechos de la madrugada del 18 de enero su voz se quebraba y los ojos se le llenaban de lágrimas hasta que el fiscal Juan Manuel Davila decidió interrumpirlo para que el joven señale quien sería la persona que había identificado como quien “al final le pega dos puntinazos en la cabeza, después lo agarra y le vuelve a pegar dos o tres patadas”, a lo que el testigo aseguró “Máximo Thomsen”, terminando de hundir al imputado en que podría caer una cadena perpetua.

Bidonde ya había reconocido al presunto asesino en la rueda de reconocimiento y en el material de video que circuló sobre la brutal golpiza a Fernando Báez Sosa, por lo que Fernando Burlando decidió indagar un poco más allá preguntado que le causaba Thomsen y el testigo de la sala respondió: “Lo veo y me da nervios”. A su vez, el abogado de la querella le preguntó si podía identificar quien era el líder del grupo de rugby: “lo más llamativo era la agresividad de Thomsen. Ese parecía el número uno”.

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Aunque el testimonio que duró más de una hora no solo hundió al rugbier más complicado en la causa, sino que dos acusados que aún no habían sido mencionados fueron nombrados en el relato de Bidonde: Blas Cinalli y Ciro Pertossi. Respecto al último, el testigo aseguró que fue quien “le pegaba patadas en el suelo a Fernando”, mientras que el primero le había pegado a Fernando “antes de que caiga al piso”.

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