El juicio por el brutal asesinato a golpes del joven estudiante de abogacía Fernando Báez Sosa llega a su octavo día, en esta ocasión el TOC 1 espera los testimonios de los peritos y algunas pruebas clave.
Este miércoles 11 de enero el juicio por el asesinato a golpes y en manada de Fernando Báez Sosa llega a su octava jornada de testimonios. El debate que tiene como eje central el brutal homicidio ocurrido el 18 de enero de 2020 a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell traerá 11 personas que compartirán sus declaraciones en el Tribunal de Dolores.
Entre los testimonios que los presentes en la sala oirán se encuentran peritos, los cuales van a continuar analizando el material que se encuentre en la memoria de los celulares de los ocho acusados. Por otra parte, otros especialistas que hicieron las pericias toxicológicas y quienes realizaron las extracciones de la ropa del grupo presunto culpable del delito también se encontraran en el banco testimonial. En último lugar, se espera la presencia de algunos policías.
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Graciela Noemi Parodi, Norma Beatriz Tramontini, Cesar Guida, Natalia Ronci, Claudio Javier Ferreyra, Viviana Necol, Juan Pedro Villarino, Juan Leandro Hereñu, Fernando Rodolfo Alvez, Ignacio Enrique Vila y Walter Pedro Nuñez son los nombres de los once testimonios que hoy pasaran por el Tribunal Oral en lo Criminal 1.
El detalle que dejó la séptima audiencia del día martes, y que hoy es probable que se retome en la sala de audiencias, fue la confirmación de una perito de que la huella de zapatilla que el rosto de Fernando Báez Sosa presentaba en su cara en el momento de su muerte, se trata del calzado de Máximo Thomsen, nuevamente complicando al joven de Zarate líder del grupo.
Los escalofriantes audios del grupo rugbier
“Amigo, flasheamos. Creo que matamos a uno, todo Gesell está diciendo eso”, relataba Blas Cinalli en uno de los mensajes de audio enviado momentos después de la golpiza a Fernando. El material que oyó toda la sala del Tribunal de Dolores fue calificado como pruebas altamente incriminatorias que revelaron el cinismo de los acusados tanto para la querella como la fiscalía.
“No son humanos”, había lanzado Graciela, mamá de la víctima, tras oír atenta cada una de las palabras frías que salieron de la boca de los agresores a solo minutos de matar a su hijo. “Desde un principio supieron que asesinaron a mi hijo. Sabían lo que hacían. Los únicos que no sabíamos del asesinato de mi hijo éramos Graciela y yo”, lamentó Silvino segundos antes del comunicado de su esposa.
