Los forenses del Laboratorio Scopométrico de la Policía Federal aplicaron una técnica especial y equipos de alta complejidad para la de autopsia de la sangre en la zapatilla que puede condenar a Máximo Thomsen.
Hoy martes, en la séptima audiencia del juicio contra los 8 imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa, el estudio de esta zapatilla es una pieza central del juicio.
Se trata de un estudio realizado en el verano de 2020 por Julieta Báez Pini, una de las mayores expertas del área de criminalística de la Policía Federal. Segun explica había dos impresiones de suelas de zapatillas la cara de Fernando, las cuales fueron estudiadas. Según resolvieron resolvieron los forenses, una de ellas resultó ser menor, insuficiente como para comparar con la zapatilla correspondiente y el pie asesino que la llevaba, pero la otra, ubicada en el maxilar inferior izquierdo, se veía perfectamente.
La DDI de Villa Gesell incautó varios pares en la casa que los rugbiers y puntualmente un par gastadas de lona negra marca Cyclone, la cual tenía una marca en particular: sangre en sus punteras blancas.
A partir de estudias realizados por el Laboratorio Scopométrico de la PFA en Mar del Plata, se confirmo que perteneció a Máximo Thomsen, hoy preso por el crimen en la Alcaldía N°3 de Melchor Romero junto a siete de sus cómplices con su prisiones preventivas confirmadas.
“En sus conclusiones, la misma determina que existe correspondencia en cuanto a las características de clase entre la impresión del rastro visible en el maxilar inferior izquierdo de la víctima con la impresión tomada de la suela de la zapatilla derecha marca Cyclone, específicamente en el área interna del talón”, asegura un fragmento de la causa.
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