Hoy se cumple un nuevo aniversario del terrible asesinato de Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche en Villa Gesell. A tres años del crimen, declararon hoy en el juicio dos de los rugbiers acusados, Lucas Pertossi y Blas Cinalli.
En una nueva jornada del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, del cual hoy se cumplen 3 años, declararon por primera vez los rugbiers Lucas Pertossi y Blas Cinalli.
Lucas Pertossi, uno de los ocho rugbiers, pidió la palabra frente al Tribunal y afirmó que “nunca tuvo la intención de quitarle la vida a nadie”. Lo hizo en la última audiencia del juicio oral por el crimen de Fernando Báez Sosa, también en una fecha especial por ser el tercer aniversario del hecho.
Comenzó su declaración diciendo: “Veo a mí izquierda a un amigo mío que lo estaban agarrando del pie y lo querían tirar al piso, les digo ‘soltarlo’, veo que el chico se para y me voy caminando hacia la esquina. Cuando llego me encuentro con que no sabía dónde estaba parado, más la noche, más el alcohol, y al llegar a la esquina los pierdo”.
“Ahí llamo mensajes y mando mensajes a mis amigos. Me dicen que estaban en el mercado. Cuando voy veo que no están, los empiezo a llamar. Veo a un chico y le pregunto ‘¿Viste a grupo de chicos?’. (El chico responde) ‘No vi a nadie, hubo una pelea en Le Brique, llegó la ambulancia y caducó el grupo'”, explicó frente a los jueces.
Aun así, la resolución final de su testimonio corto fue: “En ningún momento le pegué a Fernando Báez Sosa, en ningún momento participé de un plan de asesinato, solo fui de vacaciones. Nunca tuve intención de quitarle la vida a nadie”.
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Después de la corta declaración de Lucas Pertossi en el juicio, pidió la palabra el rugbier Blas Cinalli que en todo momento manifestó que “nunca” le pegó a Fernando Báez Sosa. “Yo en ningún momento le pegue a Fernando Báez Sosa, supongo que con quien tuve en el encuentro dentro del boliche no sé, capaz fue él. En ningún momento le pegué, veo que dicen que él tenía ADN mío en la uña del dedo meñique”, expresó.
El fiscal Juan Manuel Dávila le preguntó si en la secuencia de lo que sucedió vio a algún chico con el torso desnudo (en referencia a Báez Sosa, ndr) y Blas dijo que “no”.
También le preguntó por su proximidad con la víctima: “Pude haber estado ahí pero no lo recuerdo”, y también le preguntó sobre la ubicación de otros de sus amigos, también imputados, y nunca respondió ya que sólo dijo iba a hacerlo respecto a su persona y nadie más.
Mientras Cinalli declaraba, cada vez más fuerte desde el exterior y por las ventanas a la puerta principal de la sala, se filtraban los gritos de una multitud que gritaba “Justicia” y “asesinos”, y desde el público madres y padres de los acusados lloraban algunos y otros agachaban la cabeza.
Cinalli siguió relatando que la policía llegó a la vivienda que alquilaban a pocas cuadras de Villa Gesell y que el mensaje que él envió a amigos suyos vía chat horas más tarde en el que les informaba “matamos a uno” fue porque vecinos del lugar decían que un chico había muerto frente a Le Brique luego de una pelea. “¿Por qué dice que fue una pelea si a usted sólo lo agarraron del pie?”, preguntó la fiscalía. “Porque fue una pelea, si le pegan a un amigo suyo o me agreden, es una pelea”, respondió Cinalli.