Con las temperaturas altas en verano y la comida fuera del frio de la heladera se debe tener especial cuidado con los alimentos que ingerimos, con gran precaución en caso de ser una proteína o un líquido.
La comida que sobra en la sobremesa luego de la cena de Año Nuevo es un clásico, el pionono, la ensalada rusa y el vitel toné esperando por ser guardados o terminados por alguien. Sin embargo, ¿Cuánto tiempo pueden dejarse los alimentos lejos del frio de la heladera? ¿Con que productos hay que tener especial cuidado? ¿Cómo conservar correctamente las sobras festivas? A continuación, respondemos todas las preguntas
En esta época del año debemos saber que es de suma importancia tener cuidado con los productos que ingerimos y las temperaturas a las que los sometemos, además del tiempo en el que lo hacemos, ya que el calor es un facilitador de la reproducción de microorganismos que muchas veces son difíciles de detectar a simple vista.
Tal como explica la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición “la apariencia, no basta. La contaminación microbiana, incluso si es alta, no tiene por qué manifestarse en el deterioro perceptible del alimento”.
Es por ello el hincapié que se hace en, luego de manipular de cualquier manera un alimento, guardar inmediatamente el producto en un lugar que contenga una temperatura menor a 4 grados centígrados o mayor a 65, ya que el rango que abarcan estas temperaturas se considera como “zona de peligro”.
¿Cuánto tiempo pueden dejarse los alimentos lejos del frio de la heladera en verano?
Las sobras no deben estar más de una hora a temperatura ambiente durante la temporada de verano, con especial enfoque en las comidas que pueden estar expuestas a la contaminación microbiana (alimentos crudos y platos que presenten huevo, proteína y líquido).
¿Cómo conservar correctamente las sobras festivas?
Para poder asegurar una segura conservación de los alimentos que se utilizaran para ingerir más tarde, es necesario la utilización de recipientes herméticos aptos para almacenar comida, intentando ubicarlos en los estantes más altos de la heladera, para evitar que líquidos de productos crudos los toquen.
Además, es conveniente etiquetar los recipientes con la fecha de preparación, para no olvidar el tiempo que llevan almacenados.