Mar del Plata: La nevada histórica de 1991 que cubrió la ciudad de blanco

El 1 de agosto de 1991, Mar del Plata vivió una histórica nevada que cubrió la ciudad de blanco por primera vez en 40 años. Hoy, 33 años después, los marplatenses recordamos con nostalgia aquel día inolvidable de asombro y celebración

El 1 de agosto de 1991, Mar del Plata vivió una jornada inolvidable con la caída de una nevada que no se veía en más de 40 años, dejando imágenes que quedaron grabadas en la memoria de los marplatenses.
El invierno de 1991 quedó en la historia meteorológica de Mar del Plata gracias a una nevada que sorprendió a propios y extraños.

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Aquel día, la ciudad amaneció cubierta por un manto blanco, ofreciendo un paisaje inusual que los habitantes no habían visto en décadas. La última vez que la ciudad había experimentado una nevada de tal magnitud fue en 1951, lo que hizo de este evento un fenómeno extraordinario.

La nevada, un evento meteorológico inusual

El contexto meteorológico de 1991 se caracterizó por una ola de frío polar que azotó gran parte de Argentina, provocando bajas temperaturas y condiciones propicias para la nieve en regiones no acostumbradas a este fenómeno. Mar del Plata, nuestra ciudad, conocida por sus inviernos templados y húmedos, se convirtió en el epicentro de este inusual evento climático.

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Esa madrugada comenzó con temperaturas bajo cero y cielos cubiertos. A medida que avanzaba la mañana, los marplatenses empezaron a notar algo extraño: pequeños copos de nieve que se iban acumulando lentamente en calles, techos y parques. Lo que comenzó como una ligera nevada, pronto se transformó en una intensa caída de nieve que continuó durante varias horas.

La ciudad se detiene para disfrutar de la nieve

La nevada de 1991 paralizó momentáneamente la rutina de la ciudad. Las clases fueron suspendidas, el transporte público se vio afectado y muchos comercios no abrieron sus puertas. Sin embargo, el espíritu festivo predominó entre los ciudadanos, quienes salieron a las calles a disfrutar del espectáculo natural. Familias enteras se congregaron en plazas y parques para jugar con la nieve, hacer muñecos y participar en batallas de bolas de nieve.

Los medios de comunicación locales no tardaron en capturar la magnitud del evento. Fotógrafos y camarógrafos recorrieron la ciudad documentando las escenas de alegría y asombro. Las imágenes de la Rambla Bristol, la Plaza Colón y el puerto de Mar del Plata cubiertos de blanco, se convirtieron en postales que aún hoy evocan nostalgia entre los marplatenses.

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Impacto y recuerdos imborrables

La nevada no solo dejó hermosos paisajes, sino también una serie de desafíos para la infraestructura de la ciudad. La acumulación de nieve generó problemas en el tránsito, cortes de energía eléctrica y daños en algunas viviendas debido al peso de la nieve en los techos. Sin embargo, estos inconvenientes no opacaron la magia del momento.

El impacto de la nevada de 1991 en Mar del Plata trascendió lo meteorológico para convertirse en un evento social y cultural. A lo largo de los años, los recuerdos de ese día se mantuvieron vivos a través de relatos, fotografías y anécdotas compartidas por quienes lo vivieron. La nevada se transformó en un hito que unió a toda nuestra comunidad marplatense, creando un sentido de pertenencia y nostalgia colectiva.

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La última nevada significativa

Desde entonces, Mar del Plata no ha vuelto a experimentar una nevada de igual magnitud. Aunque ha habido algunas precipitaciones de nieve leves en años posteriores, ninguna ha igualado la intensidad y la extensión de la de 1991. Este evento sigue siendo un referente en la historia climática de nuestra ciudad y una fuente de historias entrañables.

33 años después de “La nevada histórica”, un recuerdo vivo

Hoy, 1 de agosto de 2024, se cumplen 33 años de aquella nevada histórica que cubrió Mar del Plata de blanco. A lo largo de más de tres décadas, las historias de ese día han pasado de generación en generación, y quienes tuvieron la suerte de vivirlo recuerdan con cariño y asombro ese momento único.

Cada aniversario trae consigo una ola de nostalgia y un sinfín de anécdotas compartidas en reuniones familiares y entre amigos. La nieve que una vez cubrió la ciudad sigue siendo un símbolo de sorpresa y maravilla, recordándonos la capacidad de la naturaleza para transformar nuestra cotidianidad y dejarnos recuerdos imborrables.

 

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