En Laguna de los Padres, Mar del Plata, hay un paisaje pocas veces visto en la ciudad y cada fin de semana se llena de curiosos en busca de nuevas imágenes
Mar del Plata no es solo el maravilloso paseo costero, ni su gastronomía única: hay muchas opciones y para todos los gustos. Sierras, acantilados, campos de girasoles, barullo de ciudad, y paisajes que se renuevan o redescubren.
La Laguna de los Padres ofrece una infinidad de opciones para quienes disfrutan de la vida al aire libre, desde tomar un mate contemplando el paisaje y disfrutando el silencio que ofrece la Reserva Forestal hasta recorrer las instalaciones de la reducción Nuestra Señora del Pilar, visitar la colonia de carpinchos o realizar una jornada de running o ciclismo.
También es ideal para adentrarse en la aventura. Es que algo escondido de la vista del común de los visitantes, el nacimiento del arroyo La Tapera presenta un paisaje único.
Desde el camino de tierra, un alambrado y un cartel que prohíbe el paso, dan cuenta del inicio del arroyo. Se observa una compuerta y un túnel construido en 1937 que oficia sobre el nivel del mar como puente para los visitantes, pero dos metros hacia abajo las raíces de los eucaliptus, la hiedra y la vegetación ofrecen un paisaje digno de una película de fantasía.
Pese a las indicaciones, cada fin de semana, si las condiciones del suelo lo permiten, son varios los ciclistas y aventureros que bajan a recorrer el cauce seco del arroyo, cruzan el túnel que algún Potterlover graffiteó el 22 de febrero de 2022 con la frase “La cámara de los secretos fue abierta” caminan por los aproximadamente dos kilómetros en los que el agua dejó un sendero firme que permite el paso a pie.
Los 2 metros bajo el nivel del mar le permiten a quienes se animan a bajar trepar entre las raíces serpenteantes de eucaliptus, cipreses, sauces, álamos y ligustros y disfrutar del silencio que solo se interrumpe por el crujir de hojas secas, el canto de golondrinas, teros, cotorras, benteveos, zorzales y torcazas o el grito estridente de las lechuzas de vizcachera o lechuzones de campo que habitan la zona.
El arroyo La Tapera nace en la Laguna de Los Padres y finaliza en el mar. Es una de las es una de las 15 cuencas que atraviesan de forma superficial Mar del Plata, además de ser de los pocos que recorre toda la ciudad.
De acuerdo al artículo “Análisis del arroyo La Tapera” de Noelia Padilla e Ignacio Azcué Vigil publicado en la revista Párrafos geográficos, el arroyo que tiene una extensión total de 25km y constituye el único efluente natural de la Laguna actuando como nivelador de la cota del espejo de agua.
Desde 1937 cuenta con una compuerta de regulación de cauce de acero albardones marginales.
“La Cuenca de Laguna de Los Padres posee un rango de alturas que varía entre 40 y 300 metros sobre el nivel del mar y su escurrimiento atraviesa primeramente el espacio rural, donde se observa un cauce meandroso y llanuras aluviales, para luego ingresar al espacio urbano”, indican Padilla y Azcué.
Seguir el hilo del arroyo a pie es posible solo por un par de kilómetros. Luego, desde el km 16, el arroyo se inserta en el ejido urbano de Mar del Plata atravesando la Ruta Nacional Nº 2 a la altura del aeroparque, Barrio Reserva Forestal La Florida, y sigue su curso hasta llegar al límite norte del Barrio Reserva Forestal Montemar-Grosellar.
Sus aguas son recogidas por algunos colectores presentes en la trama urbana de la ciudad de Mar del Plata, tales como Marcos Sastre, Alió, Bradley, Leguizamón y Errea.