El hecho ocurrió el sábado a la tarde cuando Uriel Tapia Saín se zafó de las esposas dislocándose un par de dedos, se levantó de la cama y corrió en busca de la puerta de salida.
Según informaron fuentes oficiales, Tapia Usaín continúa atravesando un brote psicótico y, en ese contexto, es que se dislocó huesos de la mano para sacarse las esposas para luego intentar escapar de la habitación en la que se encuentra internado.
La acción fue advertida por los policías que, por pedido del fiscal Alejandro Pellegrinelli y orden de la jueza Rosa Frende, permanentemente custodian al joven que asesinó a su madre, Corina Tapia, y a su abuelo, José Tapia.
Ante este intento de fuga, el fiscal Pellegrinelli dispuso reforzar la seguridad de Tapia Usaín, sus sujeciones y que se intente compensarlo para poder realizar el abordaje psiquiátrico necesario, con el fin de trazar un plan de acción de cara al futuro del joven y la causa.
El jueves pasado tras la entrevista que miembros de la Asesoría Pericial mantuvieron con el joven se estableció que padecía un brote psicótico agudo y que no estaba en condiciones de escuchar la imputación en su contra ni de prestar declaración. Para los profesionales, el imputado es un peligro para sí mismo y para terceros.