Se da lejos de la guerra y los bombardeos, a 400 kilómetros de altura, en la Estación Espacial Internacional. Dentro de la estación el brazo robótico europeo ERA ha sido controlado por la cosmonauta Anna Kíkina. El objetivo: mover el radiador y la esclusa de aire a su posición. La expedición ha durado menos de 7 horas.
Rusia y Occidente cooperan en la Estación Espacial Internacional. Se da lejos de la guerra y los bombardeos, a 400 kilómetros de altura, en la Estación Espacial Internacional. Dentro de la estación el brazo robótico europeo ERA ha sido controlado por la cosmonauta Anna Kíkina. El objetivo: mover el radiador y la esclusa de aire a su posición. La expedición ha durado menos de 7 horas.
Para Prokopiev, que llevaba una escafandra Orlán con franjas rojas, es la tercera caminata espacial, y para Petelin, que viste un traje espacial ruso con rayas azules, la primera.
También realizarán conexiones eléctricas e hidráulicas, entre otras tareas. Esta es la salida rusa número 65 al exterior de la EEI y la séptima en 2022.