Se convertirá en primer ministro británico después de que otros candidatos abandonaran la carrera por liderar el Partido Conservador, dejándolo con la tarea de guiar a un país profundamente dividido a través de una recesión económica que dejará a millones de personas más pobres.
El exsecretario de Hacienda es el único que ha conseguido el apoyo de más de 100 parlamentarios conservadores para convertirse en el nuevo líder del partido y, por lo tanto, ocupar el número 10 de Downing Street, la sede del gobierno. Es uno de los políticos más ricos de Westminster y será invitado a formar gobierno por el rey Carlos, reemplazando a Liz Truss, la líder saliente que solo duró 44 días en el cargo.
Pocos habrían vaticinado este desenlace cuando los afiliados al Partido Conservador eligieron en septiembre a Lis Truzz por encima de este analista económico que representa en el Parlamento al condado de Richmond, en Yorkshire.
Pero, también, pocos imaginaban la gravedad de la crisis que sufrió la economía británica durante el breve período de la ahora ex primera ministra, cuya intención de bajar considerablemente los impuestos no fue bien recibida por los mercados y provocó una caída estrepitosa de la libra esterlina.