La búsqueda de sobrevivientes continua en Turquía y Siria. Entre las horas transcurridas después del primer terremoto y las bajas temperaturas que atraviesan la región, los rescates son cada vez más difíciles.
Tras casi 100 horas del trágico terremoto que golpeó Turquía y Siria dejando más de 21 mil muertos, los equipos especiales de rescate continúan buscando sobrevivientes entre los escombros. Además, se informó que, en las próximas horas, 28 brigadistas argentinos llegarán a la región para ayudar en las tareas rescatistas.
Este viernes comenzaron a llegar los primeros envíos de ayuda humanitario de la ONU, aunque las posibilidades de dar con el paradero de personas con vida son cada vez más bajas debido a la expiración del periodo de tres días, el cual los expertos califican como crucial.
El paso de las horas se suma a las bajas temperaturas propias del invierno que atraviesa la región, llevando los rescates a un lugar casi milagroso. Tal fue el caso de la joven Melda Adtas, la turca encontrada viva tras 80 horas de permanecer atrapada entre los escombros a 80 horas del temblor.
La adolescente de 16 años había quedado aprisionada en un pozo profundo bajo un edificio que se había derrumbado en la ciudad de Antakya y, debido al aviso de los vecinos que pudieron escuchar su débil voz, terminó siendo hallada y salvada. “¡Que Dios lo bendiga!”, deseó su padre al ver a los equipos de rescate con su hija entre brazos.
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Los últimos balances realizados por el terremoto, el cual se posicionó como el más importante de Turquía desde 1939 (donde murieron 33 mil personas en la provincia oriental Erzincan), confirmaron 21.051 fallecidos, 17.674 por Turquía y 3.377 en Siria, no obstante, los expertos aseguraron que la cifra aumentará significativamente.
A su vez, las bajas temperaturas continúan agravando la situación, no solo para las personas atrapadas entre los escombros como para los sobrevivientes, quienes no pueden encontrar un lugar en las camas de los albergues habilitados en gimnasios o mezquitas.
Además, en Turquía, la población se encargó de mostrar su descontento por la respuesta del gobierno frente al desastre natural, la cual es considerada insuficiente y tardía, que fueron reconocidas por el mismo presidente Recep Tayyip Erdogan.