Los sindicatos franceses iniciaron este martes una huelga nacional para pedir un aumento de los salarios en un contexto de la inflación más alto en décadas.
La huelga, que afectará principalmente a sectores públicos como las escuelas y el transporte, es una extensión de la acción industrial que se ha prolongado durante semanas, interrumpiendo las principales refinerías de Francia y amenazando el suministro de las gasolineras.
Los líderes sindicales esperan que los trabajadores se animen con la decisión del Gobierno de obligar a algunos de ellos a volver a trabajar en los depósitos de gasolina para intentar que el combustible vuelva a fluir, una medida que, según algunos, pone en peligro el derecho a la huelga.