La Corte pontifica elevó un pedido para promover el uso pacífico de las aplicaciones civiles para “reducir las desigualdades”.
En las últimas horas, el Vaticano pidió al mundo “no dejar el uso de armas a la inteligencia artificial (IA)”, además de reclamar la creación de un organismo que se encargue de promover “usos pacíficos en las diversas aplicaciones civiles para reducir las desigualdades” con el objetivo de “prevenir sus usos nocivos”.
En tanto, la Subsecretaria para el Sector Multilateral de la Sección para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, Francesca Di Giovanni, señaló: “Los esfuerzos dedicados a dotar de inteligencia artificial a los ejércitos deben ir acompañados de un esfuerzo aún mayor para potenciar nuestros corazones y nuestras mentes a fin de evitar por completo los conflictos”.
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En este marco, Di Giovanni, había encabezado la delegación de la Santa Sede durante el fin de semana, donde se encargó de asistir a la ciudad de La Haya a una cumbre relacionada con la importancia del uso responsable de la IA en el ámbito militar. Allí la referente buscó plantear que los sistemas en relación a las tecnológicas mencionadas no tienen la capacidad de tomar decisiones “porque carecen de impulso moral”.
“Parece contradictorio incluso hablar de inteligencia artificial responsable”, llevó a debate Di Giovanni, mientras que la Santa Sede “reitera la urgente necesidad de mantener y justificar la diferencia entre personas y objetos”.
“Si se delegan importantes poderes de decisión sobre el uso de la fuerza en un sistema de armas cuyo comportamiento es imprevisible o cuya finalidad y ámbito de funcionamiento no están bien definidos o no se conocen el vínculo crucial entre ‘acciones’, efectos y responsabilidades se vería inevitablemente comprometido, sobre todo porque cada ataque armado debe ser cuidadosamente sopesado y su legitimidad debe ser probada”, señaló la funcionaria, aunque sin olvidar de agregar que el pedido no era una búsqueda por “obstaculizar la investigación, el desarrollo y el uso de las tecnologías” de parte de la Santa Sede.
En el final de su discurso, Di Giovanni propuso “la creación de una agencia internacional para la Inteligencia Artificial que promueva sus usos pacíficos en las diversas aplicaciones civiles para reducir las desigualdades y, prevenir sus usos nocivos, limitando sus consecuencias indeseables”.
