El papa Benedicto XVI fue el primer pontífice en renunciar en 600 años, dejando atrás la máxima posición dentro de la Iglesia Católica.
El papa Benedicto XVI fue tapa de todos los periódicos cuando decidió renunciar, el primero en 600 años, dejando atrás una Iglesia Católica maltrecha por escándalos de abusos sexuales, mala gestión y polarizada entre conservadores y progresistas.
El primer Papa alemán en 1.000 años tenía buenas relaciones con su sucesor, Francisco, pero su presencia continua dentro del Vaticano después de su dimisión en el 2013 profundizó las diferencias ideológicas en la Iglesia. Los conservadores, alarmados por decisiones progresistas de Francisco, vieron a Benedicto como el guardián de la tradición. Varias veces tuvo que decirle a admiradores nostálgicos a través de visitantes: “Hay un Papa, y es Francisco”.
Benedicto XVI, profesor de piano y un teólogo formidable, admitió que era un líder débil que tuvo dificultades para imponerse a la opaca burocracia vaticana y que tropezó de crisis en crisis durante su pontificado de ocho años. Benedicto se disculpó reiteradamente por las deficientes políticas de la Iglesia ante los abusos sexuales de niños por parte de miembros del clero, y aunque fue el primer Papa en tomar medidas serias, sus esfuerzos no lograron detener la rápida baja de la feligresía en Occidente, especialmente en Europa.
En 2022, un informe independiente en su Alemania natal alegó que Benedicto XVI no tomó medidas en cuatro casos de abuso cuando fue arzobispo de Munich entre 1977 y 1982. Conmocionado por el informe, reconoció en una emotiva carta personal que hubo errores y pidió perdón. Sus abogados argumentaron en una refutación detallada que él no tenía la culpa directa.
Benedicto será recordado por conmocionar al mundo el 11 de febrero de 2013, cuando anunció en latín que renunciaba y les dijo a los cardenales que era demasiado viejo y frágil para dirigir una institución con más de 1.300 millones de miembros. “Hubo momentos de alegría y luz, pero también momentos que no fueron fáciles (…) Hubo momentos (…) cuando el mar estaba embravecido y el viento soplaba contra nosotros y parecía que el Señor dormía”, dijo Benedicto XVI en su última audiencia general, una reunión de más de 150.000 personas.
La Sede de San Pedro fue declarada vacante el 28 de febrero de 2013, cuando Benedicto se instaló en el retiro papal de verano en Castelgandolfo, al sur de Roma, mientras cardenales de todo el mundo se reunían en el Vaticano para elegir a su sucesor.