Se trata del uso de las aguas del río Silala. El Gobierno boliviano defendía sus derechos porque el río Silala, nace en su territorio, en el departamento de Potosí a 4 kilómetros de la frontera con Chile. Por su parte, el Gobierno chileno solicitaba el reconocimiento de su carácter internacional.
Bolivia y Chile cierran la última de sus disputas ante la Corte Internacional de Justicia. Se trata del uso de las aguas del río Silala. El Gobierno boliviano defendía sus derechos porque el río Silala, nace en su territorio, en el departamento de Potosí a 4 kilómetros de la frontera con Chile. Por su parte, el Gobierno chileno solicitaba el reconocimiento de su carácter internacional.
Esta ha sido la decisión fijada en el veredicto, aunque la más alta jurisdicción de Naciones Unidas evitó pronunciarse sobre la disputa al considerar que el río Silala es un curso de agua internacional, y que tanto Bolivia como Chile están de acuerdo en que ambos países tienen derechos y obligaciones, respecto al uso “equitativo y razonable” de sus aguas.
Parte del río Silala fue canalizado artificialmente en los años veinte del siglo pasado, por la empresa que construyó el ferrocarril en la zona, la Antofagasta-Boliva railway Company. Esto sirvió de argumento a Bolivia para reclamar a Chile una compensación al considerar que estas obras desviaron un mayor flujo de agua hacia la frontera.