Poco después del anuncio de la compra del banco Credit Suisse por su competidor UBS, bancos centrales de todo el mundo cierran un acuerdo para garantizar liquidez y evitar una crisis mundial tras el cierre del Silicon Valley Bank.
La compra de Credit Suisse por UBS este fin de semana ha supuesto un respiro para los inversores. El presidente del Consejo Federal suizo, Alain Berset, aseguraba que dejar caer el segundo banco del país habría tenido consecuencias “incalculables” para el sector financiero mundial.
Con la adquisición, por 3.000 millones de euros, nace un nuevo gigante en Europa y se pone fin a un escenario de posible quiebra del Credit Suisse tras el cierre de dos grandes bancos en EE UU.
El BCE, los bancos de Canadá, Inglaterra y Japón, la Reserva Federal estadounidense (Fed) y el Banco Nacional Suizo anunciaron una medida para mejorar la provisión de liquidez en dólares estadounidenses.
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Las operaciones de permuta, swap, que sirven para facilitar la financiación en dólares, pasarán de ser semanales a diarias.
Cabe recordar que, un swap es un contrato entre dos partes para intercambiar flujos de dinero efectivo en una cantidad y durante un tiempo determinados.