La procrastinación puede generar que posterguemos actividades que son incluso, esenciales. Te traemos los motivos para evitarla y vencerla
La procrastinación, etimológicamente derivada del latín “procrastinare”, que significa “dejar un asunto para mañana”, es un fenómeno que se caracteriza por la dificultad de iniciar actividades o comprometerse con tareas importantes, optando por realizar otras distintas de las que se habían planeado inicialmente.
En la vida cotidiana, se manifiesta como el acto de postergar o aplazar actividades que, de alguna manera, son esenciales para la persona. La procrastinación puede tener un impacto negativo en diversas áreas de la vida, como el trabajo, las relaciones personales, la vida académica.
Causas de la procrastinación
La procrastinación se relaciona comúnmente con una serie de motivaciones o factores que pueden llevar a las personas a postergar tareas o decisiones importantes. Algunos de estos factores incluyen perfeccionismo y miedo al fracaso, rabia e impaciencia, necesidad de aprobación, sentirse abrumado e impulsividad.
Perfeccionismo y miedo al fracaso: cuando las personas se autodefinen en función de los resultados y buscan la excelencia a través del esfuerzo, la posibilidad de cometer errores o no alcanzar la perfección puede llevar a la procrastinación. La ansiedad por realizar una tarea perfecta puede causar bloqueo y retraso en la ejecución.
Rabia e impaciencia: sentir que uno debería ser capaz de hacerlo todo y enfrentar sus limitaciones personales puede generar impotencia y, a menudo, ira hacia uno mismo. Esto puede llevar a la procrastinación, ya que las emociones negativas bloquean la capacidad de realizar tareas.
Necesidad de aprobación: aquellas personas que basan su autoestima en la aprobación de los demás pueden postergar sus propias actividades para satisfacer las demandas de los demás. Esto puede generar ansiedad, sentimientos de culpa y, en última instancia, llevar a la procrastinación.
Sentirse abrumado: la creencia de que todo debe hacerse rápidamente y de manera simultánea puede hacer que las personas se sientan abrumadas, lo que puede generar una serie de emociones negativas, como la ansiedad. Esto puede llevar a posponer tareas importantes.
Impulsividad: en algunos casos, las personas comienzan muchas tareas a la vez sin una planificación adecuada. La urgencia por terminar todas las tareas puede llevar a la procrastinación, ya que se pierde el enfoque y se abandona la tarea.
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Razones para evitar la procrastinación
Es un hábito que todos hemos experimentado en algún momento. Sin embargo, existen razones convincentes para no postergar nuestras actividades. Aquí hay algunas de las principales:
Productividad: Posponer tareas disminuye la productividad. Cuando dejamos las cosas para más tarde, a menudo nos encontramos apresurándonos y haciendo un trabajo de menor calidad. Realizar tareas de manera oportuna permite un flujo de trabajo más suave y eficiente.
Reducción del estrés: La procrastinación puede generar estrés. La sensación de tener tareas pendientes pesa en la mente, lo que puede afectar la salud mental. Completar las actividades a tiempo reduce esta ansiedad.
Mejora de la calidad: Dar a las tareas el tiempo necesario para hacerlas bien puede marcar la diferencia. La prisa conduce a errores, mientras que la planificación adecuada y la ejecución oportuna mejoran la calidad de nuestro trabajo.
Gestión del tiempo: Aprender a evitar la procrastinación nos ayuda a gestionar mejor nuestro tiempo. Priorizar tareas y mantener un horario nos permite aprovechar al máximo nuestras horas de vigilia.
Logro de metas: La procrastinación puede ser un obstáculo para alcanzar nuestras metas. Cumplir con plazos y mantener el enfoque en nuestros objetivos nos acerca a lograr lo que deseamos.
Desarrollo de autodisciplina: Evitar la procrastinación requiere autodisciplina, una habilidad valiosa en la vida personal y profesional. Practicar la autodisciplina fortalece nuestra capacidad de tomar decisiones y mantener el compromiso.
La procrastinación puede ser tentadora, pero sus consecuencias pueden ser perjudiciales para la productividad, el bienestar y el logro de metas. Establecer un enfoque en la gestión del tiempo y la disciplina personal puede ayudarnos a evitar este hábito y llevar una vida más satisfactoria y exitosa.