Una multitud, torta gigante y temporal: el recuerdo de los 100 años de la ciudad de Mar del Plata.
A pocos días de comenzar las celebraciones por los 150 años de Mar del Plata, apodada La Felíz, recordamos lo que fueron los festejos de los 100 años de la ciudad.
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Miles de personas celebraron en las calles. Actos oficiales, promociones en boliches y agasajo a vecinos formaron parte de la fiesta en medio de un clima político convulsionado.
Los festejos por los primeros 100 años de Mar del Plata estuvieron integrados por una serie de eventos multitudinarios y heterogéneos, en los que no faltaron los actos oficiales ni las fiestas en los boliches de la avenida Constitución y hasta una torta gigante que desfiló por la avenida Juan B. Justo.
Eso sí, de acuerdo a las crónicas periodísticas, el invitado inesperado fue el mal clima, con un intenso temporal de viento del este y lluvia persistente que no llegaron a empañar la fiesta ante el fervor popular.
Además, en los días previos se realizó “El ruido del Centenario”, una fiesta organizada por la Asociación de Boites de la avenida Constitución. Con un ticket de 15 pesos se podía recorrer los distintos boliches de la otrora “Avenida del Ruido” y tener acceso a tres consumiciones.
Durante el centenario, la presidencia de la Nación estaba ocupada por el general Juan Domingo Perón (por tercera vez), el gobernador bonaerense era Victorio Calabró y el intendente Luis Nuncio Fabrizio, aunque ni el primer mandatario ni el jefe provincial se hicieron presentes en los actos oficiales.
La ciudad se vistió de fiesta
El acto oficial que se desarrolló en un palco montado en la Rambla, entre los edificios del casino y del Hotel Provincial, después del izamiento de la bandera en el mástil de la plaza San Martín, del encuentro de las fuerzas vivas frente al Palacio Municipal y de la celebración de la misa en la Catedral. También hubo desfiles militares.
En el acto oficial, el obispo de Mar del Plata, monseñor Eduardo Francisco Pironio, recientemente beatificado por el papa Francisco, agradeció a Dios por la diversidad de dones otorgados a la ciudad centenaria, como “la fecundidad a sus tierras, la riqueza a su mar, la fe, la capacidad de esfuerzo e inteligencia a sus hombres”.
Luego le entregó al intendente un libro que contenía las conclusiones de la Conferencias de Medellín “con la esperanza de que su luz ayude a la construcción de un mundo nuevo sustentado en la justicia, el amor y la paz”.
Por su parte, el intendente dijo: “hemos visto que en esta época de los pueblos, Mar del Plata es no ya el balneario tradicional, sino, con satisfacción, con entusiasmo de argentinos, el balneario del pueblo argentino, es el balneario de los hombres de trabajo”.
Posteriormente, las autoridades cruzaron hasta la plaza Colón para rendir homenaje ante el monumento del fundador de la ciudad, Patricio Peralta Ramos.
Pasado el mediodía, en el Hotel Provincial se agasajó con un almuerzo a “los 100 vecinos más antiguos de la ciudad”, mientras que en el exterior el mal clima se convertía en el invitado menos deseado, registrándose menos de 18°, viento del este y lluvia persistente que se extendió durante toda la jornada.
Precisamente por las malas condiciones climáticas se suspendieron actividades programadas, como un simulacro de desembarco en las playas céntricas y el lanzamiento acrobático de paracaidistas del ejército en la costa.
A pesar de esas inclemencias climatológicas, se desarrolló el desfile con la torta gigante por la avenida Juan B. Justo, desde Las Heras hasta el Velódromo municipal con la presencia de la Guardia del Mar.
El cierre de las celebraciones, a pesar de la llovizna, se concretó con alegría popular y sin mayores desmanes.
Tensión política
El contexto social de la época, ante la presencia de numerosas autoridades, determinó un gran despliegue de fuerzas de seguridad ya que eran frecuentes los violentos enfrentamientos entre el gobierno y los sindicatos, como así también las amenazas de actividades guerrilleras.
Así, se ausentaron en los actos tanto Perón como su mujer Isabelita.
Por su parte, la cartelera de espectáculos indicaba la presencia del circo Tihany y reflejaba que en el cine Ambassador se proyectaba “Los optimistas”, de Peter Sellers, mientras que Estela Raval, José Marrone y Gogó Andreu presentaban “Colitas de verano” en el Neptuno.
En materia musical, se presentaba Vox Dei en “Carpa Hair”, Aníbal Troilo en “La Campana Café Concert” y Roberto Goyeneche en el “Caribean”.