¿El Titanic no se hundió? La teoría de la conspiración que nadie esperaba

¿Conocías esta teoría del Titanic? Adentrate en esta curiosa historia

En la madrugada del 15 de abril de 1912, el RMS Titanic, un transatlántico británico que, en ese momento, era el mayor barco de pasajeros del mundo y hacía su viaje inaugural de Southampton a Nueva York, chocó con un iceberg en aguas del Atlántico y naufragó.

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Perdieron la vida 1.496 personas de las 2.208 que iban a bordo y el barco acabó en el fondo del mar, donde sigue hundido más de un siglo después. La pregunta es, ¿era realmente el Titanic el barco que se hundió?

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Suena increíble, ¿verdad? Pues hay una teoría que sostiene que el barco hundido aquella fatídica madrugada no fue el Titanic, sino el Olympic. Y sí, todo tiene una explicación o, al menos, la explicación que ofrecen quienes sostienen esta teoría de la conspiración.

Esta teoría señala, directamente, a JP Morgan, quien subvencionó la construcción de ambos barcos y le acusan de haber cambiado un barco por otro, con la intención de cobrar el pago del seguro, señalando el accidente como una estafa que se fue de las manos.

Para exponer esta versión de los hechos toca viajar a principios de siglo XX, cuando la British White Star y la Cunard Steamship Company competían por tener los barcos de pasajeros más grandes del mundo. Una guerra que comenzó ganando la segunda gracias al Lusitania y el Mauretania.

Para superarles, White Star había sido adquirida por International Mercantile Marine Co., un holding financiado por JP Morgan, quien daría vía libre para construir los tres barcos más grandes y lujosos del momento: Olympic, Titanic y Britannic.

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El Olympic fue el primero en ser terminado y en 1910 ya era un referente global y sus cuatro primeros viajes, un éxito a todos los niveles. Pero llegó septiembre de 1911, y el Olympic, en su sexto viaje, acabó chocando con un buque de guerra, atraído por la succión del transatlántico.

Los daños en el Olympic fueron enormes, a lo que se sumó un veredicto desfavorable del juez, que impedía que el coste de repararlo en los astilleros de Harland & Wolff fuera cubierto por el seguro. Aquí comienzan las teorías de la conspiración.

Según esta versión de los hechos, el segundo barco construido pasaría a ser el Olympic, mientras que el Olympic original y dañado sería rebautizado como Titanic, solo para ser enviado a hundirse y, así, poder cobrar la indemnización pertinente del seguro. Pero el iceberg habría arruinado cualquier plan de cobro del seguro.

Según afirma el historiador Mark Chirnside, el Titanic costó 7,5 millones de dólares y estaba asegurado en 5 millones, cifra que habría sido confirmada por el vicepresidente de IMM, Philip A. S. Franklin. ¿Por qué asegurar el barco en menos valor del que tenía?

Hay una teoría de la conspiración aún mayor, que apunta a que JP Morgan quería que el Titanic se hundiera porque en dicho barco iban todos sus enemigos, quienes se oponían a la puesta en marcha de la Reserva Federal USA, contra los intereses del financiero.

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Obviamente, para defender estas acusaciones, muy extendidas en sitios como Reddit, los conspiranoicos aportan una serie de ‘pruebas’ que no poca gente da por buenas. Por ejemplo, el hecho de que no se permitiera examinar el Titanic antes de su viaje inaugural, por miedo a que se viera que era el Olympic.

Incluso en algunos foros se pueden encontrar fotos del Titanic en construcción y del mismo barco el día de su viaje inaugural, señalando los elementos que se revelan como distintos entre un momento y otro.

Es más, los investigadores Steve Hall y Bruce Beveridge publicaron en 2012 el libro ‘Titanic or Olympic: Which Ship Sank?’, en el que el número de ojos de buey de cada barco es una de sus grandes apuestas para sostener la teoría del intercambio de barcos.

Una teoría que, sin embargo, pretende ser desmontada por Mark Chirnside en varios de sus libros, echando mano de argumentos más que plausibles. Por ejemplo, “es simplemente imposible hacer pasar un barco de un año de antigüedad por uno nuevo”.

La realidad es que IMM acabaría declarándose en bancarrota dos años después del accidente del Titanic. O del Olympic. Sea cual sea el barco que se hundió, hemos de reconocer que esta teoría de la conspiración no la vimos venir.

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