GINÓBILI DE PALOMITA: A 20 años del tiro histórico de Manu en Atenas

Se cumple un aniversario de la jugada de Ginóbili que inició el camino de la Selección Argentina de basquet hacia la medalla de oro en Atenas 2004, "¿Cómo fue?" por Sergio Alí

Sin lugar a dudas, Ginobili enmarcó en esta jugada, parte de la historia grande del deporte Nacional. La decisión de Nocioni, el giro de Montecchia y un festejo a lo grande, sabiendo lo que había por delante.

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La adversidad

Tres segundos y ocho decimas (3.8) marcaba el reloj. El duelo ante Serbia estaba igualado. El 14 de los azules convierte su último tiro libre y le da la ventaja a los Europeos. El banco de suplentes de los serbios festeja, mientras Andrés Nocioni toma la naranja y evalúa opciones. Menos de cuatro segundos para hacer 28 metros.

Alejandro Montecchia, el nombre de quien recibe la pelota del “Chapu”, y el encargado de cruzar la mitad de la cancha. Quien pudo ser el héroe, pero luego de fintar y dejar plantado a un balcánico, a falta de 1.2 segundos, supo que el encargado de volar hacia la gloria era Emanuel David Ginóbili.

Ginóbili: El elegido

Siete decimas segundos (0.7) para que la chicharra suene y para que Serbia y Montenegro se lleve este triunfo vital en el debut frente a Argentina en Grecia. Un debut con sed de revancha, luego de lo sucedido con el rival (por ese entonces Yugoslavia) dos años antes en la final del mundial de Indianápolis 2002, donde Argentina se quedó con el segundo puesto.

En esas milésimas de segundos, Manu no dudó. Tal vez la redonda sólo se deslizó en sus manos. Un paso de baile, una palomita, un vuelo para la eternidad. El reloj marcaba “0.3”. cuando el Bahiense ya no estaba en contacto con la pelota. El trabajo estaba hecho. Cuando la naranja rebotó en el tablero, el tiempo se había consumido, el marcador indicaba “ARG 81-82 SCG” y Ginobili ya estaba en el piso, tratando de no perder de vista el recorrido de su tiro. El sonido de la chicharra tapó el silencio y la tensión que colmaba el establecimiento olímpico.

Seguido al silencio y al ruido que indicaba el final del partido, sólo se escuchó la red del aro. Doble y victoria para Argentina.

El triunfo como envión

Lo siguiente que vio la figura de los Spurs luego de que su tiro ingrese en el aro, fue una avalancha de compañeros sobre su cuerpo. La palabra “Héroe” quedaba corta. Manu, el pibe de Bahía fue el artífice de un triunfo que quedó marcado en los argentinos para toda la vida. Algunos dicen que Ruben Magnano, entrenador argentino, sigue corriendo desaforado alrededor de la cancha ubicada en Atenas.

Argentina se ubicaba en el Grupo A del torneo, compartiendo con Serbia y Montenegro, China, España, Italia y Nueva Zelanda, y perder con los balcánicos, hubiese sido catastrófico de cara a lo que se venía por delante.

El primer triunfo le dio el envió anímico necesario a los jugadores y al cuerpo técnico para ir por todo. El objetivo era uno solo. La medalla dorada.

Sergio Alí
dia o noche