La celebración del Día de los Abuelos surge de una tradición de tipo religiosa que intenta recordar el rol esencial que tienen estos familiares en la vida de sus seres queridos.
El 26 de julio es una fecha especial en el calendario del mundo dado a que se celebra el Día de los Abuelos, quienes son aquellos seres queridos que se encargan de crear un fuerte vínculo con sus nietos y, en la mayoría de los casos, cuentan con el objetivo principal de vivir para mimar y proteger los integrantes más pequeños de la familia.
La figura del abuelo no suele ser una de autoridad, sino que intenta representar la imagen de una persona encargada de llevar amor a la familia, por lo que suelen estar dispuestos a compartir cariño incondicional con sus seres queridos. En este sentido, los abuelos se encargan de robar sonrisas y hacerles regalos a sus nietos, incluso cuando esto lleva a enfrentarse a sus propios hijos.
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La elección de la fecha del Día del Abuelo surge de una tradición católica que recuerda a San Joaquín y Santa Ana, quien fueron los abuelos de Jesús y, por consecuencia, los padres de la Virgen María. La dupla es conocida como los “patronos de los abuelos”.
En este sentido, según las indicaciones propuestas por la Agencia Católica de Informaciones, ambos santos fueron los encargados de educar a su hija María sobre el camino de la fe, por lo que alimentó su amor y estuvo preparada para cumplir su misión de traer al mundo al niño Jesús.
De esta forma, para la psicología infantil la figura del abuelo es vista como un modelo a seguir para los integrantes más chicos de la familia y los sentimientos que estos generan en sus vidas suelen acompañar a cada persona a medida que crece. Por este motivo, el trabajo de los abuelos nace en transmitir valores y enseñanzas a las nuevas generaciones, que muchas veces se basan en dejar aprendizajes sobre cómo enfrentar ciertas dificultades que la misma vida presenta en el día a día.
Por ello los abuelos que comparten diarias actividades y experiencias con sus nietos suelen ser parte clave de la educación y el crecimiento de los más chicos, dado que logran actuar de manera positiva en el comportamiento y las relaciones interpersonales de sus familiares. Además, estos integrantes del vínculo de la familia generan lazos llenos de amor, afecto y diversión, lo que beneficia a su propia salud emocional, al mismo tiempo en que ellos se sienten felices y con vida.
