Este 9 de julio se conmemoran 207 años desde el día en el que se firmó la Declaración de la Independencia de la Argentina.
Este 9 de julio el país se detiene para celebrar el Día de la Independencia de la República Argentina, una fecha que tiene lugar gracias a la conmemoración de lo vivido en 1816 en la ciudad de San Miguel de Tucumán, donde 29 iconos de nuestro pueblo de reunieron para concluir un proceso que había comenzado en mayo de 1810.
Aquel día de julio, el Congreso de las Provincias Unidas se encargó de demostrar su apoyo en la voluntad de “investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli” y, por consecuencia, “de toda otra dominación extranjera”.
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En tanto, hacia 1816 acontecieron dos hechos de suma importancia para la historia del país. En primer lugar, tuvo protagonismo la firma del Acta de la Independencia de las Provincias Unidas en Sud- América y, después, la organización del plan continental del General José de San Martin, quien pretendía traer la libertad de Argentina, Chile y Perú.
Junto a la Revolución de Mayo, la declaración de la independencia es uno de los hitos fundantes de la patria nacional, por lo que este 9 de julio el país propone un momento de reflexión para celebrar los 207 años de una Argentina libre y soberana.
En este sentido, el 9 de julio este año cae un día domingo, donde las familias argentinas se reúnen a comer platos típicos de la tradición nacional. Entre las preparaciones gastronómicas más destacadas para festejar este día se encuentran iconos tanto dulces como salados que contienen ingredientes específicos que distinguen las recetas locales de las del mundo y construyen nuestra propia identidad.
Algunas de las exquisiteces que suelen presentarse en la mesa de la gran mayoría de argentinos y argentinas cada 9 de julio incluyen el locro, los pastelitos y las empanadas. Platos que suelen comerse de forma esporádica durante el año y que toman un rol protagónico en estas fechas patrias.
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Por un lado, las empanadas tratan de una fina masa de pan, quebrada u hojaldre rellena con una preparación salada o dulce y puesta en cocción al horno o frita. El relleno de las empanadas puede incluir carnes rojas, blancas, legumbres, pescado, verduras y, en algunos casos, frutas. En la misma línea, el locro es una especie de guiso de origen prehispánico y preincaico que se prepara a base de zapallo, maíz y papas. Además, suele agregarse arvejas, porotos, mandioca, zapallo y algún tipo de carne.
En cuanto a la preparación dulce aparecen las tortas fritas, las cuales son una especia de masa achatada con forma redondeada similar a la del pan, pastelitos, hechos con una masa crocante rellenos de dulce de membrillo o batata, y la pastafrola, que trata de una tarta artesanal con una masa cubierta originalmente con dulce de batata aunque en segunda instancia comenzó a rellenarse con dulce de membrillo.
