“No vale la pena, no espero, tampoco quiero. Quiero estar tranquila lo más lejos posible”. La frase, determinante de Graciela Sosa, la madre de Fernando Báez Sosa, cuando le preguntaron si esperaba que el grupo de rugbiers acusado de matar a su hijo en enero de 2020, le pida perdón.
“No vale la pena, no espero, tampoco quiero. Quiero estar tranquila lo más lejos posible”. La frase, determinante de Graciela Sosa, la madre de Fernando Báez Sosa, cuando le preguntaron si esperaba que el grupo de rugbiers acusado de matar a su hijo en enero de 2020, le pida perdón.
La mujer vive los días más complicados desde que recibió la noticia de que su hijo estaba muerto. Desde hace 5 días enfrenta, junto a su marido Sabino Báez, los durísimos momentos que se dan en la sala de audiencias de los tribunales de Dolores, donde se lleva a cabo el juicio: testimonios que dan cuenta de lo salvaje del ataque, los intentos para salvarlo, las palabras de los amigos de su hijo y la presencia de los ocho sujetos que emboscaron a Fernando.
Una de las declaraciones de mayor crudeza desde que inició el proceso oral por el asesinato ocurrió durante la cuarta audiencia. Uno de los testigos aseguró que escuchó a uno de los acusados decir “pegale a ese negro, llevátelo como trofeo”. La mujer estaba en el lugar y dijo que tuvo que salir a tomar aire para poder enfrentar lo complejo de la situación.