A pocos días de cumplirse tres años del asesinato a golpes de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, hoy comenzó el juicio de los acusados.
El día de hoy, 2 de enero, comenzó el juicio de los ocho rugbiers acusados del crimen de Fernando Báez Soss, quienes fueron trasladados desde la Alcaidía N°3 de Melchor Romero a la Unidad N° 6 de Dolores.
Según se confirmo los ocho acusados vivirán en un pabellón exclusivo para ellos, alejados de otros detenidos. Tendrán un recreo de dos horas por día, con salidas al patio de su pabellón. Sus almuerzos serán en los mismos tribunales.
Se trata de Máximo Thomsen, Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz, Ciro, Lucas y Luciano Pertossi, quienes fueron custodiados por 13 efectivos del Servicio Penitenciario Bonaerense dentro de la sala.
El juicio cuenta con 177 testigos agendados, en al menos 13 jornadas hasta el miércoles 18 pero aun se desconoce si estarán presentes en todas las audiencias del juicio,
Durante la primera detención, el clima era hostil en el penal de Dolores, tanto que un veterano de años en las jaulas provinciales decía en ese entonces: “Loco, ¿qué onda ‘los rugby’? A cualquier guachito que ingresan lo apuñalan o lo cagan a trompadas o les roban las zapatillas, no como a estos giles que les hicieron una pieza para diez”. Hoy el clima es mas tranquilo pero las medidas de seguridad se mantienen.
Por su parte, la madre de Báez Sosa expreso a la prensa “Nuestro corazón está destrozado. Fueron muy cobardes como atacaron a mi hijo y la herida es muy grande” “Siento que mi corazón sangra todo el tiempo. Ojalá hubiera un remedio para calmar tanto dolor”,
“Tenemos confianza en Dios”, sostuvo el padre de la víctima.
Ambos prestaron declaración el día de hoy, el ultimo en declarar fue el padre, quien conmovió a todos los presentes.
” Señores jueces, acá estan escuchando el relato de un padre que ha perdido todo: ha perdido la felicidad, las ganas de vivir, de luchar, y perdió lo mejor de todo, que es el abrazo de su hijo. Dutrante mucho tiempo tuve una enfermedad en los riñones e hice un año y seis meses de diálisis. Me costó tanto… pero abría la puerta de casa y Fernando se colgaba de mi cuello: ‘¿Cómo estás papa?’, me decía. Y ese tipo que venía muerto de la diálisis terminaba mas vivo que nunca con el abrazo de su hijo. ‘Cuando sea grande te voy a dar mi riñón…’, me decía..