Giuliana Sadi, la joven a la que un amigo le presto la tarjeta de crédito para poder ir a Doha para alentar a la Selección Argentina en la final, llegó a Qatar, pero no pudo ingresar al Estadio Lusail porque no tenía dinero para comprar una entrada de reventa a 3 mil dólares. Se quedó en la puerta del gigante donde se disputaba la Copa del Mundo y un amigo le relataba el partido desde adentro.
Giuliana Sadi, la joven a la que un amigo le presto la tarjeta de crédito para poder ir a Doha para alentar a la Selección Argentina en la final, llegó a Qatar, pero no pudo ingresar al Estadio Lusail porque no tenía dinero para comprar una entrada de reventa a 3 mil dólares. Se quedó en la puerta del gigante donde se disputaba la Copa del Mundo y un amigo le relataba el partido desde adentro.
Giuliana es dueña de un salón de belleza en Lomas de Zamora y un amigo le prestó el dinero que necesitaba para poder cumplir su sueño de estar en la final del Mundial Qatar 2022. Llegó esta mañana a Doha, pero no tenía ticket ni pasaje de regreso.
Le pasó lo que a cientos de argentinos que estuvieron luchando días por comprar un ticket a precio oficial. La “pequeña gran” diferencia es que ella se subió al avión solo para ver la final y se quedó afuera del estadio. “Me hubiera asegurado la entrada, pero no iba a pagar 3 mil dólares”, dijo.
A pesar de no poder haber entrado al estadio, contó que su amigo “le contó todo desde adentro”. Giulana se lamentó no haber podido estar presente, pero “mágicamente” en el entretiempo cuando la Argentina vencía 2-0 a Francia consiguió una entrada. “El tema es que cuando entré Francia empató entonces decidí irme afuera de la cancha”, contó.