Miles de manifestantes volvieron a salir a las calles en distintas ciudades del país para exigir el fin de de la República Islámica. Según una ONG local de derechos humanos, al menos 328 personas murieron por la represión policial desde el comienzo de las marchas el 16 de septiembre.
Las protestas en las calles de Irán continuaban este jueves, con manifestantes conmemorando la violenta represión del régimen teocrático en una ciudad del sureste del país, mientras el ministro de Inteligencia y el jefe del ejército renovaban sus amenazas contra la disidencia local y el mundo exterior.
Las marchas, desencadenadas por la muerte el 16 de septiembre de Mahsa Amini, una mujer de 22 años tras su detención por la Policía de la Moral del país, se han convertido en uno de los mayores desafíos continuados a la teocracia del país desde los caóticos meses tras la Revolución Islámica de 1979.
Al menos 328 personas han muerto y 14.825 han sido detenidas, según Activistas de Derechos Humanos en Irán, un grupo que monitorea las protestas desde que comenzaron hace 54 días. Durante semanas, el régimen iraní ha guardado silencio sobre la cifra de víctimas mientras los medios estatales reiteran, contra la evidencia, que las fuerzas de seguridad no han matado a nadie.