El expresidente brasileño abrió su campaña en la planta de Volkswagen en Sao Bernardo do Campo. En tanto el actual mandatario inició su campaña en Juiz de Fora, la ciudad en la que fue acuchillado en 2018.
El expresidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó este miércoles la fase final de la campaña para las presidenciales del dos de octubre con un acto masivo en Sao Bernardo do Campo, el cordón industrial de San Pablo, en el que repudió la política económica de Jair Bolsonaro, a quien definió como “un hombre poseído por el demonio que miente siete veces por día”.
Lula, quien prometió bajar impuestos a los trabajadores, dedicó buena parte de su discurso a rebatir el perfil evangelista que Bolsonaro le quiere dar a su campaña, buscando con ese segmento religioso, que representa alrededor del 30 por ciento de la población, recuperarse en las encuestas que le otorgan al líder del PT una victoria cada vez más estrecha.
Lula adelantó que en caso de vencer en octubre una de sus primeras medidas será subir el piso del impuesto a las ganancias que pagan los trabajadores, que no se actualizó en los últimos diez años, al asegurar que el país está peor actualmente que cuando había asumido en 2003. Rodeado de cientos de trabajadores metalúrgicos y representantes sindicales, el antiguo tornero mecánico calificó de fariseo y genocida al líder ultraderechista.