¡Descubrimiento!: El telescopio James Webb capta la formación de una galaxia similar a la Vía Láctea

Una imagen inédita capturada por el telescopio espacial James Webb ha mostrado por primera vez cómo se formaban las galaxias en las primeras etapas del universo, proporcionando claves sobre el nacimiento de nuestra propia Vía Láctea.

Los científicos han bautizado a esta galaxia en formación como “Firefly Sparkle“, un descubrimiento asombroso que promete revolucionar nuestra comprensión del cosmos.

El telescopio James Webb captura una galaxia en formación

En lo que podría considerarse un verdadero “regalo navideño” para la comunidad científica, el telescopio espacial James Webb (JWST), el observatorio más avanzado jamás construido por la humanidad, ha revelado una imagen única de cómo se formaban las primeras galaxias del universo. La captura muestra la galaxia “Firefly Sparkle”, ubicada a más de 13.000 millones de años luz de distancia, en pleno proceso de formación, justo cuando el universo tenía apenas 600 millones de años.

Imagenes del Telescopio James Webb

La imagen, que ilustra un conjunto de diez cúmulos de estrellas de colores brillantes, ha sido descrita por muchos como una especie de “decoración navideña” flotando en el espacio. Según la profesora Catherine Heymans, del Observatorio Real de Escocia, es una representación visual fascinante del universo primitivo, que parece como si “luces navideñas brillaran cuando el universo tenía solo 600 millones de años”. La fotografía no solo resalta la belleza estética de los colores de las estrellas, sino que también abre una ventana al pasado, permitiendo a los astrónomos estudiar el proceso de formación de galaxias, algo que nunca antes había sido observado con tal nivel de detalle.

Es increíblemente emocionante poder ver una galaxia mientras se está formando, ladrillo a ladrillo“, comentó la Dra. Lamiya Mowla, codirectora del estudio y profesora del Wellesley College. Lo que hace único a este descubrimiento es que, hasta ahora, los científicos solo habían podido observar galaxias ya formadas, como la Vía Láctea. Pero gracias a la tecnología del JWST, los astrónomos ahora pueden presenciar la creación misma de estas estructuras cósmicas.

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La galaxia Firefly Sparkle ha sido denominada así debido a su semejanza con un enjambre de luciérnagas multicolores. Los cúmulos estelares que la componen muestran diferentes colores debido a que se encuentran en distintas etapas de su formación. “La vida temprana de una galaxia es extremadamente activa“, explicó la Dra. Mowla. “Están naciendo nuevas estrellas, otras están muriendo, hay grandes cantidades de gas y polvo, y la presencia de elementos como el nitrógeno y el oxígeno les da estos hermosos colores“. Esta diversidad cromática es un indicio de la complejidad y dinamismo de las primeras fases de una galaxia.

Un vistazo al pasado cósmico: Pistas sobre la formación de las primeras galaxias

El telescopio James Webb ha logrado captar este fenómeno desde su órbita fuera de la atmósfera terrestre, lo que le permite observar el espacio profundo con una claridad sin precedentes. Gracias a este observatorio, los astrónomos han podido examinar las galaxias más distantes y antiguas del universo, pero nunca con tanto nivel de detalle como en esta ocasión. En este caso, lo que hace aún más fascinante este hallazgo es que la luz de Firefly Sparkle ha tardado más de 13.000 millones de años en llegar hasta nosotros, lo que significa que estamos observando una galaxia tal y como era poco después del Big Bang.

 

Este descubrimiento también se ve potenciado por el fenómeno conocido como “lente gravitacional”, que ocurre cuando un cúmulo de galaxias masivas distorsiona el espacio-tiempo y amplifica la luz de objetos más distantes. Gracias a esta distorsión, los astrónomos pudieron observar Firefly Sparkle con un detalle sin precedentes, como si estuvieran mirando a través de una gigantesca lupa cósmica. El Dr. Kartheik Iyer, otro de los investigadores del estudio, explicó que este fenómeno permitió amplificar la luz proveniente de esta galaxia en formación, lo que permitió a los científicos reconstruirla con un nivel de precisión nunca antes visto.

Lo realmente sorprendente es que Firefly Sparkle está situada en una de las épocas más tempranas del universo. Con una edad estimada de solo 600 millones de años, esta galaxia está mucho más cerca del comienzo del cosmos que la Vía Láctea, que se formó hace unos 13.500 millones de años. Esta galaxia, mucho más pequeña y tenue que otras conocidas, podría ofrecer pistas clave sobre la evolución de nuestra propia galaxia.

Además de Firefly Sparkle, los astrónomos también han observado dos galaxias vecinas, a las que han denominado “Luciérnaga-Mejor Amiga” y “Luciérnaga-Nueva Mejor Amiga”, que están a 6.000 y 40.000 años luz de Firefly Sparkle. Estas galaxias, aunque más pequeñas, también ofrecen indicios sobre los procesos formativos de las galaxias en sus primeras etapas.

¿Cómo afecta este descubrimiento a la comprensión de las primeras galaxias?

Este hallazgo es de gran importancia para los científicos, ya que les permite estudiar una galaxia en formación activa, lo que les brinda la oportunidad de entender mejor cómo se formaron las primeras estructuras cósmicas. Aunque todavía es temprano para determinar si Firefly Sparkle y sus compañeras se convertirán en galaxias como la Vía Láctea, los datos obtenidos son esenciales para desentrañar los misterios de la evolución del universo.

Este “regalo navideño” del telescopio James Webb ofrece no solo una visión espectacular de la belleza del cosmos, sino también un avance crucial para entender cómo las galaxias, como la nuestra, nacieron en los primeros momentos del universo. Sin duda, este descubrimiento marcará un antes y un después en la astronomía y la cosmología.

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