La Reina argentina, Máxima, celebra en Buenos Aires los 80 años de su madre

Máxima Zorreguieta, Reina de Países Bajos, llegó a Argentina junto a su esposo e hija menor para celebrar el cumpleaños de su madre, María del Carmen Cerruti. El festejo se realizó en el Yatch Club Argentino bajo un estricto protocolo de seguridad.

Máxima Zorreguieta, la Reina argentina de los Países Bajos, regresó a su país natal para celebrar una ocasión muy especial: el 80º cumpleaños de su madre, María del Carmen Cerruti.

La visita de la soberana, que llegó a Buenos Aires acompañada por su esposo, el Rey Guillermo Alejandro, y su hija menor, la princesa Ariana, se mantuvo en estricto hermetismo hasta que trascendieron detalles del festejo en el exclusivo Yatch Club Argentino.

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Un festejo íntimo en el Yatch Club Argentino

El almuerzo de celebración, realizado en honor a María del Carmen Cerruti, fue un evento íntimo y familiar, marcado por una notable discreción. A pesar de los esfuerzos por mantener la visita de la familia real en el más estricto secreto, se conoció que el evento fue un almuerzo para 50 mujeres, con la presencia de unos pocos hombres cercanos a la familia. Según fuentes cercanas, la Reina Máxima y su familia llegaron a la fiesta bajo un fuerte dispositivo de seguridad, lo que evitó que trascendieran imágenes de su llegada o de sus movimientos en Buenos Aires.

La celebración se adelantó dos días respecto a la fecha real del cumpleaños, el 8 de septiembre, para permitir la reunión de todos los hijos de María del Carmen Cerruti. Además de la Reina Máxima, quien viajó desde Países Bajos, estuvieron presentes sus hermanos Juan Zorreguieta, que llegó desde Austria, y Martín Zorreguieta, quien se trasladó desde Villa La Angostura, donde dirige su restaurante Tinto Bistró.

La princesa Arianne en el cumpleaños de su abuela.

Detalles del evento y los invitados

La fiesta comenzó puntualmente a las 13 horas con un cóctel en el salón del frente del Yatch Club Argentino, donde los invitados comenzaron a llegar desde las 12.30. La lista de asistentes incluyó a los cinco hijos de Jorge Zorreguieta, el fallecido padre de Máxima: la propia Reina, Juan, Martín, María y Ángeles Zorreguieta, así como las hermanas de la homenajeada, María Rita, Marcela y María Cecilia, y sus primas hermanas Mercedes Viglierchio, Rita Viglierchio de Escribano y Ana Mercedes Cerruti.

A las 14 horas, los invitados se trasladaron al salón comedor, donde las mesas, decoradas con elegantes arreglos florales en tonos blancos, aportaban un toque de distinción al evento. El almuerzo se extendió hasta las 17 horas, momento en que Máxima, su esposo Guillermo Alejandro y su hija Ariana abandonaron el club en una combi escoltada por cuatro vehículos de seguridad que los acompañaron en su recorrido por el noroeste de la ciudad.

Máxima, con look sastrero blanco, en el cumpleaños de su madre.

Máxima: Una visita relámpago y en estricto secreto

El paso de la familia real por Argentina ha sido una visita relámpago. En las próximas horas, según trascendió, Máxima, el Rey y la princesa Ariana regresarán a los Países Bajos, dejando atrás un festejo que, aunque discreto, ha sido sin duda emotivo y significativo para toda la familia Zorreguieta.

La presencia de la Reina Máxima en Argentina siempre despierta gran interés tanto en la prensa local como en la internacional, dada su relevancia en el contexto europeo y su origen argentino. Sin embargo, esta vez, la celebración se mantuvo bajo un fuerte operativo de seguridad, con el propósito de preservar la intimidad familiar y permitir a la Reina compartir un momento especial con su madre y hermanos sin la interferencia de los medios de comunicación.

Un regreso a las raíces de la Reina

Esta visita marca otro regreso de Máxima Zorreguieta a Argentina, su país natal, con el cual mantiene un vínculo estrecho a pesar de su vida pública como Reina de los Países Bajos. La decisión de celebrar los 80 años de su madre en Buenos Aires reafirma ese lazo familiar y su interés en mantener vivas sus raíces argentinas, compartiendo momentos clave junto a sus seres queridos en su tierra natal.

Aunque breve, este retorno al país permitió a la soberana disfrutar de un momento íntimo y significativo, en un ambiente de afecto familiar, antes de regresar a sus deberes reales en Europa.

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