Argentina se enfrentará al anfitrión de los Juegos Olímpicos de París 2024, en un mano a mano picante luego de la polémica con Enzo Fernández.
La Selección Argentina Sub 23 clasificó a los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de París 2024. Segunda en el grupo B, producto de una derrota y dos victorias victorias, definió su suerte este martes contra Ucrania en una desenlace de zona mortal: los cuatros equipos -sumando a Marruecos e Irak- llegaron con igualdad de puntos a la última fecha, pero el dirigido por Javier Mascherano terminó como escolta por finalizar con la misma cantidad de goles que el africano, aunque este lo superó en la tabla de posiciones por haberle ganado 2-1 en el debut.
Tras la confirmación del segundo lugar en la zona se enfrentará a la Francia conducida por Thierry Henry, que goleó a Nueva Zelanda para terminar líder en el grupo A, en un mano a mano picante luego de que la relación entre los países empeoró desde la eliminación en octavos del conjunto nacional en el Mundial de Rusia 2018, con la final ganada por la Albiceleste en Qatar 2022 y la canción racista que se filtró durante los festejos por el título de la Copa América en un vivo de Instagram de Enzo Fernández en el medio, hasta lo acontecido en el certamen actual a partir del escandaloso desenlace del partido con Marruecos y la calentura de los futbolistas argentinos en el post, con reclamo de la AFA incluido.
Este conflicto que trascendió hasta lo diplomático, con la intervención incluida del Gobierno Nacional, se inició futbolísticamente en el 4-3 a favor de los europeos en los octavos de final de la Copa del Mundo celebrada en Rusia. No obstante, todo recrudeció a partir de la bronca gala por los penales atajados -y festejados- por el Dibu Martínez, el 18 de diciembre de 2022, que le dieron la tercera estrella a Argentina en la histórica tanda que catapultó a Francia al segundo lugar y lo dejó con las manos vacías en el Lusail Stadium.
El anteúltimo episodio -esta vez extrafutbolístico- se dio tras la consagración de la Scaloneta en el Hard Rock de Miami, frente a Colombia, a partir del cantito discriminatorio -y repudiable- de “juegan en Francia, pero son todos de Angola”, que entonó Fernánez (no fue el único) y provocó una investigación por el rápido reclamo de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), hacia la AFA y ante la FIFA.
Todo empeoró en el debut de los Juegos, cuando el equipo de Mascherano perdía por un doblete de Rahimi, pero Giuliano Simeone y Cristián Medina le devolvieron, parcialmente, la esperanza. Fue ahí donde comenzó un escándalo sin precedentes: por invasión y bombas de estruendos por parte de los marroquíes, el cotejo estuvo detenido durante casi dos horas. Para colmo, los jugadores volvieron y a instancias del VAR anularon el tanto de la igualdad: el Jefecito y Nicolás Otamendi salieron con los tapones de punta y confesaron que “ni Marruecos quería jugarlo”.
Fue Gerónimo Rulli quien disparó directamente contra Francia en sus redes, una vez consumada la derrota: “Gracias a todos por el aguante y los mensajes, no saben lo gratificante que es representar a nuestro país en una competencia como esta. Ya sabemos a dónde vinimos y cómo nos van a tratar, pero no tengan dudas que vamos a hacer hasta lo imposible por llevar nuestra bandera a lo mas alto nuevamente. TODOS JUNTOS!”.
Es a partir de esto que la relación entre estas dos naciones futboleras, que juntas tienen cinco títulos del mundo, está en su peor momento y tendrá un nuevo capítulo en la Ciudad Luz en los cuartos el próximo 2 de agosto desde las 16, en el Stade de Bourdeaux.
El duelo será de alto impacto, no solo por lo dicho previamente, sino por los que estarán enfrente: la anfitriona estará liderada por su capitán Alexandre Lacazette, ex-Arsenal, y además se encuentra en la nómina Lesley Ugochukwu, uno de los compañeros de Enzo en Chelsea que lo dejó de seguir en Instagram.
¿Cómo reaccionará el público? ¿Serán silbados como lo sufrió el Dibu en más de una oportunidad? ¿Cómo lo padecieron Los Pumas 7s durante toda su estadía en los Juegos Olímpicos? Es un hecho es que esta historia aún no tuvo su final y queda mucha tela para cortar, no solo en el fútbol sino en todos los deportes en que un argentino y un francés se vean las caras desde ahora en adelante.