Ya sea por otros valores de entradas, o por la época o por el fanatismo en su público, la oferta de música de la Argentina se sostiene y hasta sorprende.
En la agenda musical argentina de recitales y shows, figuran estrellas de la música como Eric Clapton y Paul McCartney, pero no mucho más. Varios periodistas apuntan a esta tendencia a la baja por un mayor interés en los artistas locales.
Ya sea porque proponen otros costos en el valor de las entradas o simplemente por el fanatismo que despiertan las canciones, la oferta de música de la Argentina se sostiene y, en algunos casos, sorprende.
Algo así como un “compre nacional”, que es lo que impulsa a las boleterías de los shows más variados. De Fito Páez a Emilia Mernes, la vidriera nacional se sostiene y, además, se exporta. Veamos de qué se trata todo esto.
Por un lado, la escasez de oferta de producciones extranjeras en comparación con el año anterior. Para julio de 2023 fue posible ponerse a hacer cuentas gracias a los shows que darían The Weeknd, Taylor Swift, Roger Waters, Red Hot Chili Peppers, Ricardo Arjona, Rels B, Rod Stewart, Rauw Alejandro, el Primavera Sound con The Cure y Blur a la cabeza.
Además, en los estadios también decían presente los locales, como Duki, que dio dos funciones en River, Ciro y los Persas, Los Fabulosos Cadillacs, Miranda!, Babasónicos y Tan Biónica.
En 2022, el furor era por los recitales de Coldplay. En 2023 esto fue alimentado por Luis Miguel en el Movistar Arena (y su regreso en 2024) y por Taylor Swift y sus tres actuaciones en River.
En cambio, el primer semestre de 2024 vino a la baja y es comprensible que desde el lado de la producción de shows se vea todo con más cautela al momento de apostar.
Según un informe publicado semanas atrás por Rolling Stone, después de una temporada en la que las boleterías virtuales y las salas parecían ir a contramano de los índices inflacionarios de 2022 y 2023, en la primera mitad del año los números ahora van de la mano de todos los demás indicadores de las actividades que experimentaron un freno súbito desde que comenzó el año.
“Donde antes había sold out instantáneos, ahora hay ventas que fluyen con paso cauteloso, festivales que tuvieron que reducir su propuesta, y también productores que prefieren caminar sobre terreno seguro ante la imposibilidad de hacer proyecciones a corto plazo para saber qué les espera a los espectáculos para los próximos seis meses”, indica un informe.