La mujer más influyente de los Países Bajos, Máxima Zorreguieta, celebra su día. Cómo se convirtió en Reina de Holanda.
Dicen que las casualidades no existen pero a veces, el azar influye para que la vida de un vuelco por completo. Máxima Zorreguieta nació en una familia de la ciudad de Buenos Aires, 52 años atrás.
Según cuentan Calderón y Galloni en su libro Maxima, la Construccion De Una Reina: “se lo dijo a una de sus compañeras de colegio en la entrega de diplomas: ‘Yo me voy a casar con un noble’”.
Sin embargo, el camino fue largo y, si bien no le costó mucho esfuerzo convertirse en la reina consorte de los Países Bajos, tuvo que atravesar dificultades, angustias y profundos dolores que marcaron su existencia. Una vida de nobleza pero con todos los condimentos de una mujer de carne y hueso.
Dos años antes de que cambie el milenio, Máxima estaba perfectamente adaptada a la sociedad neoyorkina. Vivía sola en un pequeño departamento de un ambiente en el exclusivo barrio Soho, rodeada de amigos que la invitaban a las mejores fiestas y lugares de moda.
“Fue su amiga y excompañera del Northlands, Cynthia Kaufmann quien, en abril de 1999, organizó un programa en Sevilla, en España, para presentarle al príncipe Guillermo”, relata Calderón. Para eso, volaron en un vuelo a Madrid, con combinación hacia Sevilla.
El periodista describió en detalle el diálogo entre las jóvenes. “Esta noche ya tenemos programa con los principitos. Nos invitan a tomar algo. ¡Te encantarán!”, le habría dicho Cynthia a Máxima mientras se trasladaban al hotel.
Al llegar al lugar de la cita, su amiga fue directa: “Te presento a Guillermo Alejandro y a Federico”. El flechazo fue inmediato. Guillermo Alejandro quedó prendado de la naturalidad y la simpatía de Máxima. En menos de lo esperado ya estaban bailando en la pista. Máxima sentía que tocaba el cielo con las manos. Guillermo Alejandro quedó encantado y los días siguientes apenas se separaron. Pero llegó la hora de partir para ambos.
El heredero al trono de los Orange comenzó a llamarla todos los días y el primer viaje del príncipe holandés a Manhattan sucedió apenas tres semanas después de aquel primer encuentro. Decidieron que mantendrían en secreto por un tiempo más su historia de amor, hasta que un fotógrafo argentino, Henry Von Wartenberg, los retrató caminando por el Soho.
La primicia la dio la revista holandesa Party en su edición del 17 de noviembre de 1999. A las pocas horas, otros medios se hacían eco de la noticia. Nacía un amor histórico”, escribieron los autores en uno de los libros que retrata en profundidad la vida de Máxima
Máxima se adaptó perfectamente al estilo de vida en el Palacio Real. Desde un primer momento, cuando fue aceptada por los padres de Guillermo, los reyes Beatriz y Nicolás de Amsberg y luego por el Parlamento, Máxima tomó clases de holandés ocho horas por día bajo el efectivísimo método Regina Coeli, que fue difundido por las Hermanas de Vught, pertenecientes a la Santa Orden de San Agustín.
Según cuenta Calderón, “también se le asignaron profesores especializados para instruirla en historia, política y geografía”. La corona holandesa hizo el anuncio oficial de la boda: el príncipe Guillermo y Máxima se unirían en matrimonio el 2 de febrero de 2002. “Es la persona ideal para acompañar al futuro rey en sus funciones. Es una mujer inteligente y moderna, y espero que los holandeses aprendan a apreciar sus cualidades”, anunció la reina Beatriz en aquel momento.
El suicidio de su hermana
Inés Zorreguieta fue la más pequeña de los hermanos de Máxima. Nació el 4 de diciembre de 1984 y, a pesar de llevarse 13 años de diferencia, siempre fueron muy confidentes y cercanas. Su vínculo siempre fue tan fuerte que la eligió como dama de honor para el día de su boda, y luego, Inés se convirtió en madrina de la hija menor de Máxima, Ariane.
Sin embargo, la joven lidió desde muy temprano con problemas de alimentación. La anorexia y la depresión formaron parte de su vida y, aunque Máxima la invitó a mudarse a Ámsterdam, Inés siempre lo rechazó.
Tras recibirse de psicóloga en la Universidad de Belgrano, sus problemas de salud continuaron. Según afirman Calderón y Galloni en la biografía de Máxima, la hermana menor de la reina consorte llegó a bajar veintitrés kilos y estuvo meses internada en una clínica psiquiátrica.
Como necesitaba alejarse un poco de la Argentina, aceptó, como primer trabajo, un puesto en la oficina regional de la Organización de las Naciones Unidas en Panamá, donde habría comenzado una relación con un joven que no prosperó. Esto la llevó a una profunda angustia.
El 6 de junio de 2018 fue el día más gris en la vida de Máxima. Su hermana menor, la que amaba profundamente, había decidido quitarse la vida. Ese miércoles, Inés faltó a su trabajo y desde luego, no atendió el teléfono cuando sus seres queridos intentaron comunicarse con ella.
Fue su madre y una amiga quienes ingresaron al departamento que ocupaba en Almagro y se encontraron con el cuadro desolador. Dos días después, Máxima voló a Buenos Aires en compañía de su marido y sus hijas para despedir a su hermana. Un comunicado explicó que Máxima estaba “muy conmocionada y triste”.