Gustavo Cerati, a 14 años del ACV: un líder que se sentía más alumno que maestro

Recordamos al líder de Soda Stéreo e icónico músico argentino, Gustavo Cerati

El 15 de mayo de 2010, Gustavo Cerati sufrió un ACV después de un show en Caracas, del que nunca se despertó.

El ex líder de Soda Stereo pasó cuatro años en coma, con el aliento de sus fans que nunca lo dejaron solo, y la fiel compañía de su madre, Lilian Clark, quien permaneció a su lado a sol y sombra.

Sin embargo, a pesar de las oraciones y la dedicación de los médicos, Cerati no logró recuperarse y murió cuatro años después, el 4 de septiembre de 2014.

Cómo fue el ACV de Gustavo Cerati

Cerati se presentó el 15 de mayo de 2010 en el campo de fútbol de la Universidad Simón Bolívar en Caracas, Venezuela, como parte de la gira para dar a conocer Fuerza natural, su quinto álbum solista.

Fueron 24 temas junto a Anita Álvarez Toledo, Leandro Fresco, Fernando Samalea, Fernando Nalé y Gonzalo Córdoba. Nadie podía imaginar que sería el último recital de su vida.

En el libro Cerati: la biografía definitiva (2015), el periodista Juan Morris escribió: “Adrián Taverna (sonidista) se dio vuelta para decirle algo a Gustavo y lo vio pálido, con los ojos desorbitados. Gustavo caminó confundido hacia su camarín”. Posteriormente, Cerati se acostó en un sillón: estaba sufriendo el accidente cerebrovascular que lo dejó en coma durante cuatro años.

El músico fue internado en el Centro Médico Docente La Trinidad de Caracas y permaneció en terapia intensiva desde el 16 de mayo, luego de sufrir una isquemia transitoria cerebral como consecuencia de una fuerte subida de presión. Tuvo que ser operado dos días después tras padecer una descompensación.

Después de 20 días internado en Venezuela y varios procedimientos médicos, Cerati fue trasladado a Buenos Aires en una aeroambulancia.

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Las horas previas al ACV

Por aquellos días el músico se encontraba en plena difusión de Fuerza natural, que había sido lanzado en septiembre de 2009. Tal como él mismo definió en una entrevista cuando salió al mercado, se trató de un disco “de viaje, de carretera”.

“Más solitario que Ahí vamos, más celebratorio y asimismo con una alta dosis de alarma ante los fenómenos naturales. Se iba a llamar Viento, al final quedó Fuerza naturalNo tiene un mensaje ecológico, pero habla justamente de las fuerzas naturales internas y externas, las invisibles y las cotidianas”, explicó entonces.

Fuerza natural fue recibido con gran efusividad por parte del público y Cerati empezó una gira que lo llevaría a varias ciudades argentinas, México, Chile, los Estados Unidos, Perú, Colombia y Venezuela, entre noviembre de 2009 y mayo de 2010.

La primera de las presentaciones tuvo lugar en Monterrey, México, el 19 de noviembre de 2009. Luego pasó por Guadalajara y la Ciudad de México, donde brindó dos shows en el Auditorio Nacional. Tras presentarse en Córdoba, en Montevideo y en Santiago de Chile, el artista cerró el año con un concierto en la Argentina, en el Club Ciudad de Buenos Aires el 19 de diciembre.

Según publicó el diario venezolano El Universalel viernes anterior al recital el músico argentino había visitado el local nocturno Moulin Rouge y disfrutó “de la rumba local”. Al día siguiente, mientras se alistaba para presentarse en el campus de la Universidad Simón Bolívar, degustó algo de la gastronomía local.

Justamente Coleman y el sonidista Adrián Taverna, también íntimo amigo de Cerati, eran quienes solían reunirse después de los recitales en el camarín del músico para evaluar cómo había salido cada función.

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En esa ocasión, Cerati recibió a sus amigos fumando. Había comida, algo de bebida y un espejo, además de una canasta con frutas y sillones blancos. Conversaron un rato y, al salir para juntarse con el resto de los músicos Taverna se quedó a solas con Cerati un momento.

“Terminamos el show y lo fui a saludar al camarín. Y yo ahí lo vi muy pálido. Estaba cerca mío y lo miré así y le dije: ¿te sentís bien?”, recordó el sonidista en una entrevista con Chilevisión y completó: “Y me dice: ¿Por qué? No, no, estoy cansado”.

Tal como reconstruyó el periodista Juan Morris en su libro Cerati: la biografía definitiva (Sudamericana, 2015), momentos después en el camarín general el resto de la banda estaba por hacer una foto grupal. Estaban todos pero faltaba el líder. Entonces lo convocaron.

“Gustavo apareció a último momento y se paró atrás de Taverna. El primer disparo de la cámara salió sin flash, así que Samalea pidió que nadie se moviera (…). Taverna se dio vuelta para decirle algo a Gustavo y lo vio pálido, con los ojos desorbitados”, reconstruyó el periodista.

El sonidista le preguntó al músico si se sentía bien. “Gustavo abrió la boca para contestarle, pero no acertó a decirle nada. Fue como si los músculos de su mandíbula no encontraran las palabras. Entonces la cámara disparó su flash y todo el equipo quedó registrado en la última foto de la gira. A su alrededor el grupo se empezó a dispersar y Gustavo caminó confundido hacia su camarín”, escribió Morris.

A partir de entonces, empezó una odisea. A los pocos minutos el asistente personal del músico y el propio Taverna lo encontraron tirado en un sillón con la camisa desabrochada y la boca entreabierta. Estaba descompensado.

En una primera instancia, convocaron a los paramédicos que todavía se encontraban en la zona tras el concierto: desde ahí podía oírse el bullicio de la gente que se empezaba a retirar del estadio enfervorizada. Decidieron entonces que hubiera la menor cantidad de gente rodeando el lugar para evitar que aquella descompensación se filtrara en los medios.

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