La cantante Marcela Morelo vuelve a Córdoba para empezar una gira nacional. En la previa, repasa momentos altos de su vida y su extensa carrera.
Marcela Morelo vuelve a la ruta, en una gira nacional que empieza este viernes 17 en Quality Espacio. En ese plan, se sienta en plan promocional pero dispuesta a hablar todo, sin casete y con franqueza.
“Yo no dejo nunca de estar activa, son diferentes etapas: hay momentos de ‘adentro’, composición de canciones, y otro de prepararse para salir a tocar, planear todo eso que también es un mundo alucinante”, empieza detallando, mientras repasa que editó un tema nuevo con Rodrigo Tapari y otro con Diego Torres en dos versiones (cumbia y reggae).
“Nosotros usamos de todo. La cumbia yo creo que hoy es el ritmo estrella, te diría que manda más que el resto, incluso que lo urbano. Al menos acá, en Argentina, somos bastante cumbieros”, detalla.
Y la primera persona del plural se explica porque ella sigue trabajando codo a codo con Rodolfo Lugo, su marido y productor musical.
“Él es muy abierto, muy moderno. Tenemos todos los últimos sonidos, cosas que se usan en el estudio, y él es productor ahora de cumbia de Los Ángeles Azules. Hay mucha info en casa de música y nos gusta también probar. Yo canto por ejemplo una cumbia con Los Ángeles Azules, otra con Los Palmeras, siempre una cumbia a nuestro estilo, que tiene cosas pop. No nos quedamos en un solo sitio, nos gusta probar”, contó.
“El folklore es lo primero que yo empecé a cantar. A mí me marca la línea melódica, la línea rítmica del folklore, los sonidos del folklore. Cuando yo empecé a trabajar con mi marido le dije que el folclore me encantaba, y él después empezó a escuchar las canciones que yo le daba y me dijo ‘¿te copás con que le ponga un charango, una quena, un sikus?’. Le dije que sí, obvio. Y después salió eso y quedó como hasta un sello personal de sonido. Esa mezcla que se escucha, que no es ni folclore ni pop, lo es todo. Y eso soy, creo yo, una mezcla de todos los ritmos con el permiso de usar un bandoneón en otra canción, un arpa en otra, más un rockito en otra y hasta música electrónica.”
Familia de grandes
Después pasó un montón de tiempo, ya ella con su carrera consolidada, y ambos decidieron ampliar la familia adoptando tres niños.
“Mis hijos hoy tienen 11, 12 y 15 años. Hace casi ya 8 años que están en casa, que viven con nosotros y que formamos una familia, donde te diría que cambió el ADN familiar. Una experiencia alucinante, fuerte, muy fuerte. Fui mamá a los 50 años. Imaginate el movimiento que eso implica, para una mujer que ya estaba entrando a la menopausia, literalmente, y fui mamá”, dice emocionada.
“Es algo inigualable, diferente, muy grande que en este momento de nuestra vida, que somos grandes, tanto mi marido y yo, también tengamos la responsabilidad de los chicos y el colegio, de ir a llevarlos, buscarlos. Pero todo eso siento que me revitalizó. Un cambio de vida tan contundente: tres hijos llegaron a nuestra vida de diferentes edades, personalidades, y estamos creciendo con mucha confianza, con mucho amor por sobre todas las cosas”.