Sobre la hora, Cavani la clavó en el ángulo de pelota parada y el Xeneize le ganó 2-1 a Trinidense. "A lo Román!"
Corría el minuto 91 de juego en Paraguay cuando Edinson Cavani decidió hacerse cargo de un tiro libre y la colgó del ángulo para el 2-1 final.
Un golazo espectacular, que no suele ser parte del repertorio habitual del Matador, pero que evidencia su jerarquía para meterla desde cualquier lugar. Así, el uruguayo volvió a ser clave y Boca se llevó un triunfazo que lo acomoda nuevamente en el grupo de la Copa Sudamericana.
La historia había comenzado cuesta arriba para Boca, que perdía 1-0 ante Trinidense.
Sin embargo, la expulsión de un hombre en el equipo local le permitió reaccionar al equipo de Martínez, que lo terminó dando vuelta 2-1 con ese gol de Cavani.
El remate, fuerte y con rosca, viajó derecho al ángulo e hizo inútil el vuelo del arquero local.
“Este gol vale mucho, porque el objetivo es pasar primero. Entonces, ahí está lo importante.
Siempre dije que nunca hay que bajar los brazos, que cuando uno desea algo, debe hacerlo con el alma”, sostuvo el uruguayo tras clavarla desde 35 metros.
Resultado clave en lo anímico por la remontada agónica pero, además, porque Boca depende nuevamente de sí mismo para avanzar directamente a los octavos de final (evitando a los que bajan desde la Libertadores).
Cerrará el grupo con dos encuentros de local en la Bombonera: Fortaleza y Nacional Potosí.
