Por la primera fecha de la Libertadores, el jugador Maximiliano Olivera, terminó herido en el campo de juego. Se espera una dura sanción.
Maximiliano Olivera, jugador de Peñarol, fue agredido con un proyectil que tiraron desde la tribuna de Rosario Central y terminó con un corte en el rostro. Fue en el final del partido por el grupo G de la Copa Libertadores, que el Canalla ganó 1-0 en el Gigante de Arroyito.
Ahora, el club argentino se expone a una dura sanción de la Conmebol.
El defensor del equipo uruguayo visualizó al agresor e intentó ir a buscarlo, pero fue detenido por algunos de sus compañeros, que le pedían calma a los hinchas rosarinos, mientras otros llamaban a la asistencias médica.
Más tarde Olivera sufrió un desvanecimiento en el vestuario debido al impacto de objeto y fue trasladado a un sanatorio para que lo sometan a una tomografía mientras el resto del plantel se quedó en el estadio.
En conferencia de prensa, el capitán Lucas Hernández habló del hecho: “Fuimos a saludar a nuestra gente como habitualmente lo hacemos en cada partido, agradecerles por haber venido hasta acá, por alentarnos y apoyarnos. La gente de Central se puso nerviosa y se complicó un poco”.
“Esperemos que no vuelva a pasar porque no estuvo nada bien, a un jugador lo lastimaron. Esperemos no sea nada grave y que tenga una buena recuperación. Es algo muy feo y esperemos que no vuelva a pasar”, concluyó quien sustituyó en el segundo tiempo a Olivera.
El vicepresidente de Peñarol, Eduardo Zaidensztat, realizó una fuerte acusación contra la gente de Rosario Central al indicar que habrían existido hasta agresiones entre los directivos.
“Un señor de camisa blanca y pelado vino a agredir a Nacho (Ruglio, presidente del club uruguayo). Espero que no sea el presidente de Central, como nos dijeron en ese momento”, indicó en diálogo con algunos periodistas, dando a entender que habría existido una agresión de parte de Gonzalo Belloso, titular Canalla.
Belloso fue un hombre de peso en la Conmebol, que ahora tendrá la última palabra. Seguramente habrá una dura sanción y, como mínimo, el equipo de Rosario perderá la localía o deberá jugar sin público en los próximos juegos de la Libertadores.