Luego de los incidentes que se produjeron en estructuras claves de los gasoductos, ponen de manifiesto la vulnerabilidad de las instalaciones estratégicas europeas ante la guerra híbrida.
La OTAN y la Unión Europea insistieron en la necesidad de proteger las infraestructuras críticas tras lo que denominaron actos de “sabotaje” en los gasoductos Nord Stream, y Bruselas advirtieron de una “respuesta firme y unida” en caso de que se produzcan más ataques.
Mientras el gas seguía vertiéndose en el mar Báltico, seguía sin estar claro quién podría estar detrás de las fugas, en los gasoductos Nord Stream que Rusia y sus socios europeos gastaron miles de millones de dólares en construir.
Rusia, que recortó las entregas de gas a Europa después de que Occidente le impusiera sanciones por la invasión de Ucrania por parte de Moscú, también ha dicho que el sabotaje era una posibilidad y que las fugas socavaban la seguridad energética del continente. Asimismo, la UE lanzó una fuerte advertencia a cualquiera que intente atacar las columnas vertebrales de la energía del bloque de 27 países.
“Cualquier perturbación deliberada de las infraestructuras energéticas europeas es absolutamente inaceptable y se afrontará con una respuesta contundente y unificada“, dijo el jefe de la política exterior de la UE, Josep Borrell, en un comunicado.
