La banda inglesa, The Rolling Stones, estrenó su nuevo disco con temas propios después de 18 años y crearon una grieta entre sus fanáticos.
Después de semanas llenas de ansiedad, espera, emoción y hasta acertijos, el nuevo disco de The Rolling Stones salió a la venta. ‘Hackney Diamonds’ llegó al mercado con temas propios de la banda después de 18 años y dividió las aguas entre sus fanáticos.
El mismo viernes, día en que salió a la venta, sus seguidores se hicieron oír. Muchos festejaron las doce canciones de Hackney Diamonds, pero otros se mostraron decepcionados y algunos hasta molestos. Todos exhibieron sus argumentos, dominados por la pasión, luego de escucharlo un par de veces. Los sentimientos los movilizaron, para bien o para mal, y no es para menos. Se trata del grupo que musicalizó la banda sonora de sus vidas y hoy, los octogenarios Mick Jagger y Keith Richards, con el infaltable Ronnie Wood, les ofrecen algo más. La pregunta obligada, entonces, es: ¿Era necesario un nuevo disco de los Stones?.
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The Rolling Stones había presentado el primer adelanto de su nuevo disco hace poco más de un mes, momento en el que Angry, que ahora abre Hackney Diamonds, se apoderó de las redes sociales con un videoclip sensual protagonizado por Sydney Sweeney. La expectativa creció porque la canción está en línea con lo mejor de los Stones y con un detalle no menor, era la primera grabación que se conocía de ellos tras la muerte de Charlie Watts, aquí reemplazado por Steve Jordan, viejo ladero de Richards en los X-Pensive Winos.
Tan solo unos días mas tarde, Sweet Sound of Heaven llegó a la escena como el segundo gran adelanto y esta vez los Stones no aparecieron solos, sino que propusieron una colaboración con la voz de Lady Gaga y el teclado de Stevie Wonder, en lo que fue una balada con tintes góspel y bluseros. Aunque la pieza fue magnifica, desde su estreno comenzó la grieta y es que a muchos de los fans les hizo ruido el rol protagónico de la cantante emparentada con el pop.
The Rolling Stones – Sweet Sound of Heaven
Ahora con la aparición del disco y todas las cartas sobre la mesa aparecen algunas certezas y varias dudas. Esos dos temas resultaron ser los mejores del álbum. El groove clásico de Charlie Watts, que marcó el sonido de los Stones durante décadas no está, por razones obvias, pero ni siquiera aparece en los temas en los que sí había grabado, Mess it Up y Live By The Sword. El álbum tiene una producción sobreabundante y eso fue responsabilidad de Andrew Watt. Watt tiene apenas 33 años y antes de llegar a los Stones trabajó con músicos tan diversos como Justin Bieber, Avicii, Lana del Rey, Shawn Mendes, Blink 182 y Ozzy Osbourne, más allá del súper grupo que integró con Glenn Hughes y Jason Bonham, California Breed. Un curriculum bastante ecléctico que nos lleva a pensar que Jagger y Richards lo buscaron para sonar más agiornados y llegar a un nuevo público, que para contentar a los viejos fans.
En este sentido, la portada del álbum parece reflejar por completo la situación de los fanáticos desencantados, quienes se vieron representados en el corazón de diamantes apuñalados de ‘Hackney Diamonds’. Y con la letra de Angry, de alguna manera, Jagger pide disculpas. “No se enojen conmigo…”.
Con todo, Hackney Diamonds nos recuerda que Jagger y Richards siguen activos con sus 80 años, que eligieron seguir tocando en lugar de irse a pescar y que aceptaron un nuevo desafío de sonar actuales. En una época de desesperanza, con guerras, pestes, desigualdades y catástrofes climáticas, que ellos sigan rocanroleando demuestra que este disco, pese a sus falencias, es muy necesario.