Los veterinarios son de vital importancia para cuidar la salud de millones de mascotas y animales viviendo en la calle, por lo que este domingo 6 de agosto se celebra su profesión.
Cada 6 de agosto en Argentina se celebra el Día del Veterinario en una fecha que recuerda uno de los momentos más importantes para el desarrollo de esta profesión en el país, el del que comenzó a dictarse su carrera en universidades.
Desde perros y gatos hasta toros, pollos y gallinas, cualquiera sea la especie, un veterinario siempre estará a cargo de su cuidado y velará a diario por su salud. El rol de estos profesionales ha ido cobrando cada vez más importancia, ya que de ellos depende la vida de varias mascotas que son la alegría de las casas. En la actualidad son más de 20 mil los estudiosos graduados en esta actividad que ayudan a resolver enfermedades en los animales, por lo que tener un dia en el calendario para homenajear su labor es de suma importancia.
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La efeméride del Día del Veterinario remonta a un 6 de agosto de 1883, cuando la Argentina dio inicio a los estudios agronómicos veterinarios en el Instituto Superior de Santa Catalina, mismo que se encuentra ubicado en la localidad de Llavallol, en el municipio de Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires. Dicho hecho histórico marcó un antes y un después en la especialidad, aunque fue recién en el año 1983 que las autoridades estatales decidieron proclamarlo como su día especial.
Aunque en un principio los estudios de veterinaria tuvieron lugar en Lomas de Zamora, siete años más tarde, en 1890, la sede se trasladaría a La Plata, que luego terminaría por convertirse en la auténtica Facultad de Agronomía y Veterinaria.
La incógnita sobre por qué se trasladó la sede de estudios se resuelve al recordar su inauguración, donde apenas 18 alumnos pudieron inscribirse para rendir el examen de ingreso. Doce de ellos se anotaron para cursar una carrera que constaba de cuatro años y los preparaba para recibir los títulos de “Capacidad Agrícola” y “Capacidad para ejercer el Arte Veterinario”. Los otros seis lo hicieron para una carrera de dos que concedía el certificado de haber hecho los estudios y estar habilitado para el grado de mayordomo.
El examen de ingreso fue desaprobado por únicamente dos personas, por lo que fueron 16 alumnos los que comenzaron sus estudios aquel 6 de agosto de 1883. Dado al alto nivel académico que los primeros grupos egresados presentaban, las autoridades provinciales comenzaron a prestar atención a los estudios que se ofrecían en Lomas de Zamora, por lo que el instituto comenzó a tomar relevancia, al igual que la carrera.
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Así es que el 4 de julio de 1889 el poder Legislativo provincial hizo entrar en consideración un proyecto del Ejecutivo que impulsó la creación de una Facultad de Agronomía y Veterinaria sobre el Instituto Agronómico y Veterinario.
En aquel momento la provincia de Buenos Aires se encontraba en plena crisis financiera, por lo que cualquier construcción en Santa Catalina era imposible de realizar, por lo que se resolvió su venta parcial en lotes y el traslado del Instituto hacia la ciudad de La Plata, llevándola a la categoría de Facultad.
