En Argentina el reggae llegó en el comienzo de la década de los 80, cuando explotó el éxito de Peter Tosh y Bob Marley.
Como cada año este 1° de julio se celebra el Día Internacional del Reggae en una efeméride que tiene el objetivo de homenajear al género de música que identifica a la comunidad de Jamaica. Aunque su nacimiento se remonta hacia la década de los 60, fue en la inmigración jamaiquina hacia Gran Bretaña cuando el movimiento se intensificó y terminó por transformarse en un fenómeno global. La industria del reggae llegó a la Argentina hacia los años 80, cuando los discos de Peter Tosh y Bob Marley eran un éxito.
Fue Andrea Davis quien propuso la idea de crear una festividad que conmemore al estilo de música. La productora y manager del ambiente se inspiró en un discurso que compartirá Winnie Mandela durante su visita a la capital jamaiquina Kingston en 1992 para instituirlo. Así, la activista expuso la importancia del reggae por su amplia capacidad de “dar aliento, inspirar y unir” al pueblo sudafricano en medio de su lucha contra el apartheid.
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Es que el régimen de segregación racial cayó en el año 1991 y es que por eso mismo el reggae es un género muy cultivado en el país sudafricano. En el inicio de su historia, el Día Internacional del Reggae se había encargado únicamente de movilizar radios jamaiquinas, difundir sus raíces, crear el Salón de la Fama de la Música Jamaicana y a “ayudar al pueblo jamaicano a vencer su propia lucha por la igualdad social”.
Su masividad tuvo lugar a partir d 1996, cuando el Internet amplio las fronteras de una manera impensada para los roots reggae y el dub. Incluso, la impulsora de la efeméride registró como marca al Día Internacional del Reggae, con el objetivo de “unir, inspirar y dar aliento” a la comunidad global del propio estilo.
Fue en el año 2018 que la UNESCO también tomó la iniciativa y declaró al reggae de Jamaica Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad gracias a su aporte “a la reflexión internacional sobre cuestiones como la injusticia, la resistencia, el amor y la condición humana”. “Amalgama de antiguos ritmos musicales jamaicanos y de otros de orígenes muy diversos -caribeños, latinoamericanos y norteamericanos- el reggae se originó en un medio cultural de grupos marginados que vivían principalmente en la parte occidental de la ciudad de Kingston”, dijo la UNESCO en aquel momento.
De esta forma, sesenta años después de su nacimiento, la entidad internacional resalta: el reggae conserva intactas toda una serie de funciones sociales básicas de la música –vehículo de opiniones sociales, práctica catártica y lo religiosa– y sigue siendo un medio de expresión cultural del conjunto de la población jamaicana. En todos los niveles del sistema educativo del país está presente la enseñanza de esta música, desde los jardines de la infancia hasta las universidades. Los conciertos y festivales son esenciales para garantizar la viabilidad de este elemento del patrimonio cultural inmaterial”