Participó el docente de la Universidad Tecnológica Nacional, Matías Andrés Cano, alumnos del Centro de Estudiantes y personal del Taller Dos Eles
Familiares y allegados a los 44 marinos muertos en el naufragio del ARA San Juan reinstauraron en el puerto de Mar del Plata la réplica de la nave que colapsó en el Mar Argentino el 15 de noviembre de 2017. Del mismo participó el docente de la Universidad Tecnológica Nacional, Matías Andrés Cano, alumnos del Centro de Estudiantes y personal del Taller Dos Eles
En mayo del año pasado, los familiares habían denunciado que “el comando naval Atlántica, de la Armada, pretende invisibilizar” el reclamo de Justicia al remover la réplica del submarino, de 16 metros de largo más de 4 metros de ancho y casi 16 toneladas.
El viernes pasado, la réplica restaurada con intervención del docente de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Matías Andrés Cano y alumnos del Centro de Estudiantes y personal del Taller Dos Eles.
La réplica del submarino había sido removida por el deterioro de la estructura: el óxido había dañado las chapas y había comenzado a borrarse el nombre de los 44 caídos. Fue fabricada en Comodoro Rivadavia por Gonzalo Pérez, de la Asociación Isabel, y reparada por alumnos y docentes de la UTN (encabezados por Giuliano Falconnat, de la Federación de Estudiantes Tecnológicos) y trabajadores de la cooperativa FECOOAPORT y del taller Dos Eles.
La abogada Valeria Carreras, quien representa a una de las querellas de los familiares, destacó también “la solidaridad del Consorcio Portuario, a cargo de Gabriel Felizia” y cuestionó que ni las autoridades navales, ni la Municipalidad local, colaboraron con la restauración.
El ARA San Juan fue un submarino de la Armada Argentina que desapareció en el Atlántico Sur el 15 de noviembre de 2017. La embarcación, de fabricación alemana, llevaba a bordo 44 tripulantes, generando una gran preocupación nacional e internacional debido a su desaparición y la incertidumbre sobre su destino.
Durante las labores de búsqueda y rescate, se desplegó una operación conjunta con diversos países, incluyendo Estados Unidos, Reino Unido, Rusia y otros, utilizando tecnología avanzada y barcos especializados en la detección de señales submarinas. A pesar de los esfuerzos realizados, el submarino no pudo ser localizado hasta el 17 de noviembre de 2018, cuando fue hallado a unos 900 metros de profundidad en el lecho marino.
El ARA San Juan se encontraba en mal estado, con fallos mecánicos y problemas de mantenimiento reportados anteriormente. Las investigaciones posteriores revelaron que una explosión ocurrida en el submarino fue la causa principal de su hundimiento. Se cree que la explosión fue provocada por una acumulación de hidrógeno en el tanque de baterías, generando un incendio y posterior colapso del casco.
La tragedia del ARA San Juan conmocionó a la opinión pública argentina y dejó un profundo impacto en las familias de los tripulantes. La búsqueda y el esfuerzo por esclarecer lo sucedido se prolongaron durante meses, y las investigaciones continúan hasta el día de hoy para determinar las responsabilidades y mejorar los protocolos de seguridad en la Armada Argentina.
